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Cuestiona Trump a mujer que acusa al juez Kavanaugh de abuso sexual

Nueva York. Con su nominado a la Suprema Corte, Brett Kavanaugh, en riesgo por la acusación de una profesora de que la intentó violar cuando ambos eran adolescentes, Donald Trump (acusado hace tiempo por varias mujeres de diversos tipos de hostigamiento sexual) cuestionó ayer la credibilidad de la mujer detonando otra ola más de críticas por la cultura misógina de este presidente y sus aliados.

Al mismo tiempo, aparecieron más versiones sobre posibles motines dentro del gobierno de Trump y, por separado, llamados para intensificar la resistencia popular contra el régimen.

El presidente cuestionó este viernes la credibilidad de la profesora Christine Blasey Ford, quien la semana pasada acusó a Kavanaugh de atacarla sexualmente en 1982 en una fiesta cuando ella tenía 15 años y él 17. No tengo duda de que si el ataque contra la doctora Ford fue tan malo como ella dice, inmediatamente hubieran sido presentado cargos a las autoridades locales por ella y sus padres queridos tuiteó esta mañana y exigió que se presentara el registro de tales hechos.

Trump afirmó que Kavanaugh, está bajo asalto por políticos radicales de izquierda, quienes ahora desean descarrilar la ratificación de su nominado a la Suprema Corte, insinuando que la acusación es parte de ese juego.

El voto de ratificación del Comité Judicial del Senado programado para el jueves fue postergado ante negociaciones sobre una posible audiencia para escuchar las versiones de Ford y la respuesta de Kavanaugh, quien tajantemente ha rechazado la acusación.

La profesora relata que Kavanaugh –a quien no conocía– estaba en una fiesta en una casa y la empujó dentro de una recámara, intentó quitarle la ropa mientras puso su mano sobre su boca para que no gritara (lo cual implica que él sabía que ella se estaba resistiendo) antes de que lograra escapar.

La profesora ha recibido amenazas de muerte, las cuales ahora son investigadas por la FBI, y aunque primero aceptó presentarse ante el Comité Judicial, ahora está negociando condiciones para garantizar su seguridad, la manera en que será interrogada por los senadores y solicitó que Kavanaugh no estuviera presente. Si procede, la audiencia se realizará la próxima semana.

La controversia ha incomodado a legisladores republicanos, quienes estaban por festejar la instalación de un segundo juez en la Suprema Corte bajo esta presidencia y con ello sellar una mayoría conservadora. Ahora están buscando medir cómo proceder a esa meta sin ser percibidos como políticos que están ignorando o hasta justificando, asaltos sexuales.

Ante la pregunta de Trump de por qué ella no reportó el incidente cuando sucedió hace más de 35 años, expertos señalan que la abrumadora mayoría de mujeres estudiantes (en preparatorias o universidades) que sufre de contacto sexual no consensual no reportaron sus experiencias a las autoridades. Hoy ese comentario no sólo provoco críticas por ser sexista, sino detonó una respuesta masiva vía Twitter bajo el hashtag #WhyIDidntReport (Por qué no lo reporté) con miles de mujeres describiendo sus experiencias con asaltos sexuales y sus razones de no reportarlos.

Algunos de los argumentos de legisladores republicanos en defensa del juez y para intentar descalificar a su acusadora han incluido desde que esto es una maniobra política para destruir el carácter del nominado, a una hipótesis de que el culpable era otro que se parecía a Kavanaugh, pero el más común es: así son los adolescentes. Esta última tiene la ventaja de no tener que cuestionar la credibilidad de la acusadora y sólo señalar que el juez era entonces un adolescente borracho en una fiesta.

Si el comportamiento estúpido, malo o borracho cuando uno es menor de edad en tiempos de la preparatoria fuera la norma, todo político masculino en Washington fracasaría, dijo el ex legislador Joe Walsh. El ex vocero de la Casa Blanca Ari Fleischer comentó: a uno que ha vivido una vida buena y decente por todas cuentasno se le deberían negar oportunidades por algo que ocurrió en la preparatoria.

Hasta el presidente del Comité Judicial, el senador republicano Chuck Grassley, indicó que odiaría que alguien me preguntara qué hice hace 35 años (y eso que hace sólo tres días él votó en contra de reautorizar una ley para prevenir la violencia contra las mujeres).

Este tipo de argumentos revelan que ha sido tradicionalmente aceptable que los hombres asalten sexualmente a las mujeres, particularmente en fiestas, particularmente cuando son jóvenes, comenta Jia Tolentino en el New Yorker. Chloe Angyal, una editora de Huffington Post, resumió el debate para justificar al juez así en un tuit: Ella estaba borracha, esta violacion sexual fue su culpa. Él estaba borracho, esta violacion sexual no fue su culpa.

Mientras tanto, más versiones sobre complots para destituir al presidente por altos funcionarios dentro de su gobierno surgieron hoy. El New York Times reportó que el año pasado el actual subprocurador general de justicia, Rod Rosenstein, sugirió grabar secretamente a Trump en la Casa Blanca para poder revelar el ambiente caótico que impera en este gobierno y reclutar a integrantes del gabinete –incluyendo a su jefe el procurador general Jeff Sessions y el entonces secretario de Seguridad Interna y ahora jefe de gabinete John Kelly– para invocar la Enmienda 25 de la Constitución que incluye un mecanismo por el que el gabinete puede declarar incompetente al mandatario y destituirlo. Rosenstein disputó estas versiones y las descalificó como incorrectas, reportó el rotativo.

Por otra parte, ayer se estrenó el nuevo documental del cineasta Michael Moore, Fahrenheit 11/9, en mil 700 salas, marcando un récord para un documental, según él.

La película explora cómo fue posible el surgimiento de alguien como Trump en este país, y cómo él no es la causa de la crisis política de la cual es expresión, sino el síntoma de dinámicas políticas y fracturas democráticas que han prevalecido durante décadas.

Moore insiste en que el punto de su película no es sólo explicar esta coyuntura, sino movilizar a la gente contra esta expresión, recordando que el bloque electoral más grande del país en 2016 fueron los 100 millones que no participaron en la pasada eleccion. Si eso no es una emergencia nacional, no sé qué es, afirmó Moore.

 

Fuente jornada.com.mx

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