Rafael Toriz (Xalapa, 1983), quien se desempeña actualmente como periodista cultural en Argentina, sin dejar de lado la literatura, que es su eje rector, está en México para dar a conocer su sexto libro, La distorsión, publicado con el sello editorial Random House.
En el foro de la librería Cauz, donde el 7 de junio a las 19 horas iniciará una serie de presentaciones en el país, el escritor habló de lo que considera es su entrega más íntima, más personal.
Los editores lo han puesto como una novela, pero creo que es más una suerte de antinovela. Se trata de tres ejercicios ficcionales que exploran y difuminan las fronteras entre la narrativa y el ensayo. Por una parte son deconstrucciones y viñetas a manera de ser una historia de la lengua, de una época y de una región —la Huasteca de Veracruz—; lo otro es una autobiografía mental, y una parte más es la de un escritor resentido y amargado en la lucha por la vida”.
En un momento literario en el que varios autores se interesan por la autoficción, Rafael Toriz acepta que su búsqueda tiene que ver con demostrar que el ensayo siempre ha sido un ejercicio del yo; en el caso de su libro, como el título lo anuncia, es exponer que “vivir la vida es distorsionarla, ni se diga narrarla”
“Contar las historias que me contaron, que escuché, y lo que viví, desde luego que está distorsionado por mi memoria, por el tiempo y el lenguaje; es una representación de aquello que pasó. Es saber que no existe un original sino que todo es una suerte de eco distorsionado”.
¿Pero qué parte de su vida recrea? “Ninguno de mis padres es de Xalapa. Soy un xalapeño bastante prototípico de mucha gente que no es de esta ciudad.
Siempre me he sentido como exiliado de un país que no existe. En ese sentido, es una reconstrucción un poco de las historias y los lugares distintos de los que venían mis familias y, sin querer, Xalapa acabó siendo un personaje más de este libro, que incluye ‘Instantes en la vida de un fauno’, ‘Escrutinio público’ y ‘Visiones del Midas Negro. Una autobiografía de la mente’”.
TIEMPO DE CAMBIO
Próximo a cumplir años, el 16 de junio, el ganador de Mención Honorífica en el Concurso Internacional de Ensayo convocado por la Organización de las Naciones Unidas y la República Islámica de Irán (2001), Premio Nacional de Ensayo Carlos Fuentes 2004 y Premio Nacional de Ensayo Alfonso Reyes 2013 está en un proceso de transformación importante: “sigo escribiendo porque es mi ‘basso ostinato’, pero estoy derivando a otro tipo de relaciones desde las cuales la literatura sigue teniendo una preponderancia. Me encuentro muy interesado en la curaduría, en el periodismo, en la manera de organizar la información, en explorar otro tipo de caminos un poco menos solitarios.
He encontrado en el ensayo una forma de vida, una estética y una ética. Estando el mundo como está, tratar de ser claro con las palabras es la única moral a la que podemos aspirar algunos”.
En cuanto al periodismo cultural, que ejerce desde distintos frentes, asegura que es indispensable, porque ante hechos de violencia, de avasallamiento de todo tipo, el periodismo, la reflexión y la capacidad de imaginar en colectivo y registrar esos procesos son más perentorios que nunca.
“Me parece muy mal que en Xalapa haya desaparecido Performance y que estén recortadas las páginas culturales, cuando es la cultura lo que nos hace salir de nosotros mismos y ser mejores.
Urjo a nuestras autoridades y a nuestros empresarios que sean menos provincianos, menos ‘pichicatos’, y que de verdad haya una apuesta por lo que le ha dado más a Xalapa a lo largo de su historia presente: la cultura”.
*Tras la presentación de La distorsión en Cauz, que celebra su primer aniversario con diversas actividades, Rafael Toriz estará el 12 de junio en el Museo del Tecnológico de Monterrey, en Puebla, y el 13, en la Ciudad de México, en Bucardón.
