Yuri Gagarin, Neil Armstrong, Buzz Aldrin… probablemente las hazañas de estos hombres te son conocidas. Fueron pioneros que se enfrentaron a riesgos enormes para estar en la órbita de la Tierra, en la Luna… y para lanzarnos de cabeza a la Era Espacial. Pero no podemos olvidarnos de Valentina Tereshkova, la primera mujer en el espacio…
A través del techo de cristal
Los desafíos a los que se enfrentaron las mujeres no fueron menores. El viaje espacial, como muchas otras profesiones en la época, eran consideradas un trabajo de hombres. La primera mujer que logró romper ese techo de cristal y salir al espacio exterior fue Valentina Tereshkova. Una cosmonauta soviética que viajo más allá de la atmósfera de nuestro planeta como parte de la misión Vostok 6.
Tereshkova nació en 1937 en la aldea de Maslennikovo, en la región de Samara, en el centro de Rusia (a unos 280 kilómetros al noreste de Moscú), después de que sus padres emigrasen desde Bielorrusia. Su padre era un conductor de tractores y su madre trabajaba en una planta textil. Su padre se convirtió en oficial de tanques durante la Guerra de Invierno (1939-1940). Un conflicto que comenzó cuando la Unión Soviética invadió Finlandia por una disputa territorial.
Entre 1945 y 1953, Valentina fue al colegio, pero lo dejó cuando cumplió los dieciséis años y terminó su educación a través de correspondencia. Siguiendo los pasos de su madre, comenzó a trabajar en la fábrica textil, donde permaneció hasta que finalmente se incorporó al programa de cosmonautas de la Unión Sovietica.
Desde muy joven, mostró interés por el paracaidismo y lo práctico en su club aeronáutico local. En 1959, con 22 años, hizo su primer salto. Fue esa experiencia en el campo de los saltos aéreos la que le llevó a ser seleccionada entre los candidatos a cosmonauta varios años después. En 1961, se convirtió en la secretaria del Komsomol (la Liga de Jóvenes Comunistas) y posteriormente se unión al Partido Comunista de la Unión Soviética.
El programa Vostok
Del mismo que Yuri Gagarin, Valentina Tereshkova participó en el programa Vostok, el primer intento de la Unión Soviética de enviar misiones tripuladas al espacio. Después del histórico vuelo de Gagarin en 1961, Sergey Korolyov, el Ingeniero jefe de cohetes soviético, propuso enviar a una mujer al espacio. En aquel momento, los soviéticos creían que enviar mujeres al espacio sería una victoria propagandística contra los Estados Unidos, que mantenían una política de utilizar únicamente a pilotos de prueba y militares como astronautas. Aunque esa política no discriminaba específicamente en función del genero de las personas, la falta de mujeres entre los combatientes y los pilotos de prueba las excluía de poder participar.
En abril de 1962, cinco mujeres fueron escogidas por el programa entre cientos de posibles candidatas. Entre ellas estaban Tatyana Kuznetsova, Irina Solovyova, Zhanna Yorkina, Valentina Ponomaryova y la propia Valentina Tereshkova. Para cumplir con los requisitos, las mujeres debían ser paracaidistas, con menos de 30 años de edad, por debajo de 1’70m de altura y un peso inferior a 70 kilos.
Junto a sus cuatro compañeras, Tereshkova estuvo varios meses en entrenamiento. Entre las actividades se incluían los vuelos simulando gravedad cero, pruebas de aislamiento, pruebas centrífugas, teoría de cohetes, ingeniería espacial, saltos de paracaídas y entrenamiento de piloto en aviones de reacción. Sus pruebas concluyeron en noviembre de 1962, momento a partir del que Tereshkova y Ponomaryova fueron consideradas las principales candidatas.
Las misiones Vostok 5 y 6
Después, se trabajó en el desarrollo de una misión en la que ambas mujeres serían lanzadas al espacio en diferentes misiones Vostok en marzo o abril de 1964. Tereshkova, que tenía 25 años en aquel momento, fue seleccionada como la primera mujer que iría al espacio por diversos motivos. Primero, por el hecho de que su altura y peso cumplían los requisitos para poder entrar en el módulo relativamente pequeño de la Vostok.
Segundo, era una paracaidista cualificada, que dada la naturaleza de la Vostok (cuya nave de reentrada era incapaz de aterrizar) era completamente esencial. El tercero, y quizá más importante, motivo fue su fuerte trasfondo patriótico y proletario, que era evidente por el trabajo de su familia y la muerte de su padre (Vladimir Tereshkova) durante la Segunda Guerra Mundial.
Inicialmente, el plan era lanzar a Tereshkova primero en la nave Vostok 5, mientras que Ponomaryova la seguiría en órbita a bordo de la Vostok 6. Sin embargo, el plan de vuelo fue alterado en marzo de 1963, con un cosmonauta (un hombre) que volaría en la Vostok 5 mientras Tereshkova se subiría a la Vostok 6 en junio de 1963. Tras el lanzamiento exitoso de la Vostok 5 el 14 de junio, Valentina (que tenía 26 años en aquel momento) comenzó los preparativos finales para su vuelo.
El lanzamiento de la Vostok 6
El vuelo de la nave Vostok 6, en la que se encontraba Valentina Tereshkova, tuvo lugar en la mañana del 16 de junio de 1963. Tras realizar las comprobaciones de sistemas vitales y de comunicación, fue sellada en el interior de la cápsula y comenzó la cuenta atrás de dos horas para el inició de la misión. El lanzamiento tuvo lugar a las 9:29:52 UTC, cuando el cohete despegó desde la plataforma de lanzamiento de Baikonur.
Durante el vuelo, que tuvo una duración de dos días y 22 horas, Tereshkova completó 48 orbitas alrededor de la Tierra. Su vuelo tuvo lugar sólo dos días después del lanzamiento de la nave Vostok 5, pilotada por Valery Bykovsky, y orbitó la Tierra simultáneamente con su nave. Durante la misión, los equipos en tierra recogieron datos sobre la reacción del cuerpo de Valentina al vuelo espacial.
Salvo por algunas náuseas (que más tarde ella misma atribuiría a comida en mal estado) se mantuvo por su propia cuenta durante tres días completos. Igual que los cosmonautas que habían participado en las misiones Vostok anteriores, creó un diario de vuelo, tomó fotografías del horizonte, que más adelante se utilizarían para identificar las capas de la atmósfera, y se encargó de orientar manualmente la nave.
La estancia en órbita y el regreso
En el primer día de misión, informó de un error en el programa de control, que provocó que la nave ascendiese de su órbita en lugar de descender. El equipo en tierra le proporcionó los datos que debía introducir en el programa de descenso para corregir el problema. Tras completar 48 vueltas alrededor de nuestro planeta, su nave comenzó a descender. Tras la reentrada en la atmósfera, Valentina se expulsó de la cápsula y descendió hasta la superficie. El aterrizaje fue duro, debido a una fuerte racha de viento que la alejó de su rumbo. Irónicamente, fue algo afortunado porque su descenso la llevaba directa a un lado. Aquella caída le provocó heridas serias en el rostro, por lo que fue necesario el uso intensivo de maquillaje para las apariciones públicas en las que participó después.
Vostok 6 fue la última misión del programa Vostok, a pesar de que había planes de realizar más vuelos con mujeres cosmonautas. Ninguna de las cuatro compañeras del grupo inicial de Valentina tuvo la oportunidad de volar y, finalmente, en octubre de 1969, el grupo de mujeres cosmonautas fue disuelto. Tendrían que pasar 19 años hasta que otra mujer volviese a volar como parte del programa espacial soviético. Fue Svetlana Savitskaya, que formó parte de la misión Soyuz T-7.
Tras la Vostok 6
Después de regresar a su hogar, algunos detractores dentro de la propia Fuerza Aérea Soviética intentaron restar mérito a Valentina. Algunos de ellos aseguraron que estaba borracha cuando llegó a la plataforma de lanzamiento, y que se había insubordinado durante su estancia en órbita. Estas acusaciones parecían estar relacionadas con el malestar que experimentó durante su estancia en el espacio, y por el hecho de que enviase correcciones al equipo de control en tierra, algo que fue visto como una negligencia.
También fue acusada de conducta inapropiada y borrachera al enfrentarse a un capitán de milia en Gorki. Sin embargo, el general Nikolai Kamanin, el director del entrenamiento de Cosmonautas en el programa espacial soviético de la época, defendió a Valentina y arremetió contra sus detractores. La reputación de Tereshkova permaneció intacta y se convirtió en ingeniera cosmonauta, pasando el resto de su vida en puestos políticos de relevancia.
En noviembre de 1963, se casó con Andrian Nikolayev, otro cosmonauta soviético, en una boda que tuvo lugar en el Palacio Nupcial de Moscú. El propio Nikita Khrushchev (presidente de la URSS en aquella época) presidió la ceremonia, acompañado de líderes del gobierno y del programa espacial. En junio de 1964, Valentina dio a luz a su hija Elena Andrianovna Nikolaeva-Tereshkova, que se convirtió en la primera persona en la historia cuyos ambos progenitores habían viajado al espacio.
Vida de Valentina Tereshkova tras su regreso
Se divorciaron en 1982, y Nikolayev falleció en 2004. Valentina se volvió a casar, con un ortopedista llamado Yuliy Sharposhnikov, que falleció en 1999. Tras su histórico vuelo, Valentina se alistó en la Academia de la Fuerza Aérea de Zhukovsky, en donde se graduó con distinciones como ingeniera cosmonauta. En 1977, consiguió su doctorado en ingeniería.
Su fama como cosmonauta también la ha llevado a ocupar diferentes puestos políticos de relevancia. Entre 1966 y 1974, se convirtió en miembro del Sóviet Supremo de la Unión Soviética. También fue miembro del Presidium del Sóviet Supremo de 1974 a 1989, así como miembro del Comité Central entre 1969 y 1991. Sus hazañas también la llevaron a convertirse en representante de la Unión Soviética más allá de sus fronteras.
Además de convertirse en miembro del Consejo Mundial de la Paz en 1966, vicepresidenta de la Federación Democrática Internacional de Mujeres y presidenta de la Sociedad de Amistad Soviético-Argelina. También representó a la URSS en la Conferencia de las Naciones Unidas en el Año Internacional de la Mujer en Ciudad de México en 1975, y lideró la delegación Soviética en la Conferencia Mundial sobre las Mujeres en Copenhague.
Su papel en el presente
Tras el colapso de la Unión Soviética, Tereshkova perdió su puesto político, pero continuó siendo una importante figura pública. Hoy en día, es considerada una heroína y una importante contribuyente al programa espacial Ruso. En 2011, fue elegida para la Duma estatal (la cámara baja de la legislatura Rusa) en donde sigue trabajando en la actualidad.
En 2008, Valentina Tereshkova fue invitada a la residencia del Primer Ministro Vladimir Putin, en Novo-Ogaryovo, en celebración de su 70 cumpleaños. Ese mismo año, se convirtió en portadora de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Verano en el relevo de San Petersburgo. También ha expresado su interés por viajar a Marte, aunque fuese en una misión únicamente de ida.
Legado y honores
Por sus logros, Valentina ha recibido muchos reconocimientos y premios. Ha sido condecorada con la Medalla de Héroe de la Unión Soviética (el reconocimiento más alto de la extinta URSS), así como la Orden de Lenin, la Orden de la Revolución de Octubre y muchas otras medallas.
Los gobiernos extranjeros también la han reconocido con la medalla del Orden de Karl Marx, la de Héroe del Trabajo Socialista de Checoslovaquia, Héroe del trabajo de Vietnam, Héroe de Mongolia, la Medalla de Oro de la Paz de las Naciones Unidas y el Simba International Women’s Movement Award (cuyo nombre en castellano he sido incapaz de encontrar). También es ciudadana honoraria de varias ciudades de Bulgaria, Bielorrusia, Mongolia, Suiza, Francia y el Reino Unido.
Por su labor pionera en la exploración espacial, hay varios objetos astronómicos y algunas características, nombradas en su honor. Por ejemplo, el cráter Tereshkova, en el lado oculto de la Luna, lleva su nombre. El asteroide 1671 Chaika(que significa gaviota en ruso) recibe su nombre en honor a la señal de llamada de la misión Vostok 6.
Monumentos y presente
También se han levantado varios monumentos y estatuas en su honor, y el Monumento a los Conquistadores del Espacio, en Moscú, incluye su imagen. Multitud de calles a lo largo de la antigua Unión Soviética y las naciones del Bloque del Este fueron renombradas en su honor, igual que la escuela en Yaroslavl en la que estudió cuando era niña. El Planetario de Yarsolavl, construido en 2011, fue creado en su honor, y el Museo V.V. Tereshkova – Cosmos se encuentra cerca de su aldea natal de Maslennikovo.
La Era Espacial fue una época de logros impresionantes. Los astronautas, como Valentina, no sólo rompieron las ataduras de la Tierra, también demostraron que la exploración espacial no entiende de géneros. Aunque pasarían décadas hasta que mujeres como Svetlana Savitskaya y Sally Ride viajasen al espacio, Valentina Tereshkova siempre será recordada como la mujer que lideró el camino para todas las mujeres astronautas.