CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Si como dice George Santayana, la inteligencia es “la rapidez para ver las cosas como son”, Enrique Peña Nieto parece no poseerla. Pocas cosas más insultantes que la avalancha de spots con los cuales se congratula. Pocas cosas más degradantes que contemplar al dirigente de un país tergiversar, negar y distorsionar la realidad. Esa terca realidad reflejada en la violencia que no cesa, la corrupción que no para, la cuatitud que prevalece, los legados tóxicos de su sexenio por doquier. Un presidente que concluye su paso…
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