CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Hace diez años que Jazmín Vargas de la Cruz espera que su voz sea escuchada y reconocida como víctima de tortura sexual, infringida por elementos del Ejército Mexicano desplegados en Tijuana, Baja California, y de una injusta reclusión por delitos que no cometió. El 25 de noviembre de 2008, Jazmín, de 26 años, fue sacada con violencia por soldados de un domicilio donde pernoctaba con su pareja. Del lugar fueron sustraídas tres personas, Jazmín, su novio y una persona a la que ella desconocía. Los militares…
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