CIUDAD DE MÉXICO .- Los aztecas tenían por sagrados los remolinos del lago sobre el que vivían. Era una mujer-serpiente –Cihuacóatl– quien enroscaba el agua para hacer naufragar a los navegantes, inundar la ciudad, y ahogar a sus moradores. Por extensión, la mujer-serpiente era la diosa de los niños muertos en el parto; y, hecha acción, significaba “sujetar”, “hacer prisionero”. En lo político, se gobernaba con ella; y ella acompañaba a los guerreros en las batallas. La ciudad de los mexicas se ubicaba con el lago, capturándolo, pero también reverenciándolo.…
Leer más