Sin Trump, pero con agenda propia: México pisa firme en el G7

México busca protagonismo en el G7 pese a la cancelación de encuentro con Trump

Ottawa, Canadá | 17 de junio de 2025.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, continúa su agenda en la cumbre del Grupo de los Siete (G7) con una estrategia diplomática enfocada en proyectar al país como un actor clave en temas globales, a pesar de la súbita cancelación del esperado cara a cara con Donald Trump, presidente de Estados Unidos.

Aunque la reunión bilateral con su homólogo estadounidense era considerada el plato fuerte de su gira internacional, la salida anticipada de Trump del foro—atribuida al recrudecimiento del conflicto entre Israel e Irán—modificó el panorama diplomático para México. Sin embargo, Sheinbaum no ha perdido el impulso y ha reforzado sus vínculos con otros líderes presentes.

“México sigue comprometido con el multilateralismo, el diálogo y la cooperación internacional. Nuestra agenda es más amplia que cualquier encuentro individual”, declaró Sheinbaum en rueda de prensa desde Ottawa.

México ante el G7: una presencia simbólica y estratégica

Aunque México no forma parte del G7 (integrado por Canadá, EE.UU., Alemania, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), ha sido invitado como observador estratégico. Esta participación se da en un momento clave, ya que Sheinbaum busca consolidar una imagen de liderazgo regional progresista, con énfasis en derechos humanos, medio ambiente y cooperación Sur-Sur.

Durante los primeros días de la cumbre, la presidenta sostuvo reuniones bilaterales con el primer ministro canadiense Justin Trudeau, la canciller alemana Annalena Baerbock, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Los temas abordados incluyen migración, comercio, cambio climático, y transferencia tecnológica.

 El reto tras la ausencia de Trump

La reunión con Trump estaba destinada a abordar temas sensibles como migración, remesas, tráfico de armas, cooperación fronteriza y aranceles comerciales. Con la cancelación, estos temas quedan en suspenso, aunque ambos mandatarios sostuvieron una llamada telefónica que Sheinbaum calificó como “cordial y productiva”.

“Hablamos sobre la necesidad de mantener canales abiertos, de trabajar con respeto mutuo, y de atender las causas estructurales de la migración”, comentó Sheinbaum sobre la conversación con Trump.

Analistas coinciden en que la falta del encuentro cara a cara podría ser una oportunidad para que México diversifique su política exterior y reduzca su dependencia diplomática y comercial respecto a Estados Unidos.

Tensiones y equilibrios: el nuevo juego geopolítico

El G7 se desarrolla en un contexto global tenso, con la guerra entre Irán e Israel como telón de fondo, así como la incertidumbre económica mundial y el ascenso de gobiernos populistas. En este entorno, Sheinbaum ha optado por un discurso moderado y técnico, intentando posicionar a México como una voz responsable y puente entre el norte y el sur global.

A diferencia del enfoque confrontativo de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum ha mostrado apertura a los organismos internacionales y a los mecanismos multilaterales.

Los temas que México busca impulsar

En sus intervenciones y reuniones, Sheinbaum ha destacado:

  • La necesidad de regular el flujo migratorio sin criminalizar a los migrantes, especialmente ante la posibilidad de redadas en EE.UU. durante eventos como la Copa del Mundo 2026.

  • La propuesta de crear un fondo internacional para el desarrollo del sur de México y Centroamérica, como estrategia para atacar las causas de la migración.

  • Un llamado a los países industrializados para que honren sus compromisos climáticos, ante el impacto desproporcionado que enfrenta América Latina.

Conclusión: más que una reunión cancelada

Aunque la imagen del primer encuentro entre Sheinbaum y Trump hubiera sido poderosa para las cámaras, la diplomacia mexicana parece decidida a mirar más allá de Washington. En un mundo multipolar y volátil, la presidenta mexicana se muestra como una figura pragmática, enfocada en insertar a México en las grandes conversaciones del planeta.

La ausencia de una reunión no ha restado valor a la presencia de México en el G7. Al contrario, ha servido para reforzar su papel como actor independiente, con voz propia y con propuestas claras ante los retos globales.

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