A pesar de las ofertas del gobierno mexicano de auxiliar e incluso ofrecer refugio a los miles de migrantes centroamericanos que se dirigen hacia Estados Unidos con tal de que transitaran ordenadamente por el país, la caravana ha sido objeto de abusos, delitos del orden común e intentos de secuestro. Además, no se les ha brindado suficiente asistencia sanitaria ni la información pertinente, por lo que continúan su trayecto en condiciones de vulnerabilidad cada día mayores.
La gran “recepción humanitaria” que los poco más de 5 mil migrantes centroamericanos esperaban en la Ciudad de México no se dio. Irregularidades como sanitarios en condiciones insalubres, contaminación de agua, ausencia de apoyo del Instituto Nacional de Migración y hasta “prostitución al interior del albergue” se generaron durante su estancia en las instalaciones deportivas de la Magdalena Mixhuca, según documentó un extenso reporte de observaciones de la Defensoría de los Derechos Humanos de Oaxaca, encabezada por Arturo Peimbert.
El documento, elaborado el 7 de noviembre y entregado a las demás instancias de derechos humanos, reportó también una serie de delitos cometidos dentro y fuera del éxodo de centroamericanos, como el abuso sexual contra menores y mujeres, violencia intrafamiliar, discriminación a adultos mayores, maltrato físico a integrantes de la comunidad lésbico gay y “el extravío de al menos tres menores”.
Peimbert denunció en días pasados la desaparición de entre 80 y 100 migrantes en su trayecto por Veracruz, en la Ciudad de la Isla, donde se dividió la caravana con cerca de 5 mil integrantes. El viernes 9 el ombudsman oaxaqueño anunció que presentará ante la Fiscalía Especializada en la Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Procuraduría General de la República (PGR) una denuncia formal por estas desapariciones, sustentada en los testimonios de cinco personas.
Los testimonios videograbados, a los cuales tuvo acceso este semanario, relatan cómo una camioneta negra, cerca de la puerta del albergue en Ciudad Isla, se llevó a dos mujeres y tres niños, uno de éstos un bebé. Otro testimonio revela que, a la salida de la misma ciudad, choferes de tres camionetas ofrecieron llevar a Córdoba a un grupo de migrantes.
“El chofer no paró en Córdoba como nos había dicho, sino afuera de la ciudad y ahí nos quería dejar, pero lo convencimos de que siguiera. Luego paró a la mitad de la carretera y dijo que se había quedado sin diésel. Ahí nos pidió a un grupo que fuéramos por diésel. Al final fue un muchacho. Al rato, el muchacho regresó llorando. Dijo que lo habían agarrado unos hombres y le habían pegado. Al final nos fuimos porque nos pusimos bravos con el chofer”, relató uno de los migrantes que sobrevivió al intento de rapto.
Está el otro caso de dos presuntos camiones con migrantes que se encuentran desaparecidos. La oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México (ONU-DH) emitió un comunicado señalando que se desconoce el paradero de las personas que abordaron estos vehículos con rumbo a Puebla. “La ONU–DH ha estado en contacto con las autoridades federales y estatales para conocer el avance de las investigaciones y el esclarecimiento de los hechos”, abundó el comunicado.
Por si fuera poco, el viernes 9 se lavaron las manos las oficinas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y de la Organización Internacional de Migrantes (OIM), ambas de la ONU, para brindar el transporte requerido por los migrantes: “La ACNUR, OIM y ONU–DH reiteran que continuarán realizando su trabajo en el marco de sus mandatos, tal y como lo hemos venido haciendo en favor de la población migrante y sus derechos humanos”, se establece en el documento, pero las agencias no se comprometieron a más.
En tanto, la caravana se dividió: unas 200 personas se fueron hacia Querétaro con la intención de llegar a Monterrey, y otros con rumbo a Tijuana. En el albergue de la Magdalena Mixhuca se quedaron alrededor de 4 mil.
El ACNUR informó que más de 3 mil 200 personas han solicitado el reconocimiento de su estatus de refugiados en México, y que “ha prestado apoyo a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) para aumentar la capacidad de registro, mediante la contratación de 38 asistentes en Tapachula y Ciudad de México”.
En tanto, una quinta caravana ingresó a territorio mexicano. Son cerca de 200 personas, la mayoría de El Salvador, e ingresaron por un punto cercano al Puente Fronterizo Suchiate II. Otros dos grupos transitan por Oaxaca y Chiapas, sobre los cuales se cuenta con menos información.
Reporte de irregularidades
El informe sobre las deficiencias de la atención del Estado mexicano a la caravana migrante contiene observaciones como las siguientes:
–No existe un registro de niños, niñas y adolescentes que integran la caravana ni de cuántos de éstos viajan sin acompañamiento. La Defensoría documentó “cerca de mil niños, niñas y adolescentes menores de 17 años”, pero no existen registros ni un servicio de salud especial para ellos.
–“Varios niños, niñas y adolescentes reportaron ser víctimas de abuso sexual antes y durante la caravana”.
–Las intervenciones de agentes de la Policía Federal que bloquearon el paso de la caravana generaron ‘pánico, tensión y desgaste’ entre esta población, y el gobierno mexicano “no ha facilitado el contacto con familiares en su país de origen”.
–En el caso de las mujeres se pudieron contabilizar “al menos 20 con seis meses de embarazo o más” y que carecen de controles o atención especial de acuerdo con su estado. “Sólo se les dotaba de ácido fólico y sulfato ferroso”.
–Existen “constantes actos de discriminación” contra las mujeres, así como “constantes de violencia física” por parte de sus parejas, así como relatos de “actos de abuso sexual hacia su persona e, incluso, violaciones durante la caravana”.
–Se carece de un registro de cuántas personas de la comunidad LGBTTTI integran la caravana. Su opinión no es tomada en cuenta. Se les discrimina internamente y externamente en las comunidades por donde transitan. “Han sufrido abuso físico y sexual dentro de la propia caravana” y generalmente son discriminadas por los servicios médicos.
–Tampoco existen registros de personas mayores. La Defensoría entrevistó con una docena de migrantes de entre 60 y 78 años. No existen espacios físicos accesibles para ellos. Han sufrido maltrato físico y carecen de información acerca de sus familiares.
El documento, fechado el 7 de noviembre, incluye observaciones sobre el trato que recibieron en la Ciudad de México, donde fueron alojados en las instalaciones deportivas de la Magdalena Mixhuca, en la alcaldía de Iztacalco.
La Defensoría documentó que han sido reportados tres menores extraviados y “falta información especializada sobre derechos humanos para menores de edad no acompañados”.
Se instalaron nueve baños exclusivos para mujeres y el resto fueron mixtos, pero se requieren más sanitarios para ellas. Aproximadamente 10 de ellos se consideran “en condiciones insalubres o poco adecuadas”.
Incluso “se reporta venta de droga al interior del albergue, como ha sucedido a lo largo del camino”, así como prostitución al interior y falsas promesas de trabajo de presuntos “enganchadores”. Al menos cuatro personas les ofrecieron trabajo a migrantes en Michoacán y trataron de llevarse a algunos en un vehículo.
La ausencia más grave es de información, sobre todo del Instituto Nacional de Migración, ya que “ninguna de las instituciones pertinentes se está encargando de informar a los migrantes acerca del proceso de repatriación”.
Ante este cúmulo de irregularidades, la Defensoría de Derechos Humanos de Oaxaca recomendó como medidas de atención a los migrantes que el Estado mexicano admita el fenómeno de migración como un fenómeno “mundial”, que el uso de la fuerza “no sea para reprimir a la caravana de migrantes ni limitar su tránsito hacia el país de destino”.
Asimismo, considera urgente que la Organización de Estados Americanos (OEA) convoque a “una reunión extraordinaria para abordar el problema de la migración centroamericana y tomar acciones conjuntas”, además de que el Estado mexicano diferencia entre los procesos migratorios “normales” y este tipo de caravanas, que son “desplazamientos forzados, toda vez que la gestión de éstos es distinta”.
Subraya que es fundamental “atender de manera prioritaria” a los menores de 17 años, acompañados y no acompañados, ya que su presencia “es cada vez más constante y la vulnerabilidad a la que están expuestos se ha incrementado de manera importante”.
En sus últimas recomendaciones, la Defensoría señala que, “ante los flujos migratorios cada vez más constantes en nuestro país, es importante que se modernice la Política Nacional Migratoria, la cual deberá atender de manera integral el fenómeno migratorio, dado que México es país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes”.
Por último, sugiere un “enfoque basado en derechos que sea transversal” e involucre a todas las autoridades en los procesos de gestión migratoria, tomando en cuenta que las necesidades de las personas “no son homogéneas” y, por lo mismo, “el abordaje tiene que ser diferenciado”.
Fuente proceso.com.mx