CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En México, el salario mínimo es “muy, muy bajo” y podría elevarse a 101 pesos en el “corto plazo” sin generar problemas en el mercado laboral ni en la inflación, indicó Gonzalo Hernández Licona, el titular del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Hernández insistió en que el estancamiento- incluso la caída del poder adquisitivo del ingreso laboral- representa el “reto más grande” que impidió la reducción de la pobreza en México en los últimos 25 años.
“Desde el 1992, vemos un ingreso de las familias que a veces sube, a veces baja, a veces baja mucho… cuando uno observa que ese ingreso es el poder adquisitivo, vemos que es la razón más importante por la cual la pobreza no ha caído, o a veces ha subido”, aseveró en entrevista con medios.
De acuerdo con el sexto informe de gobierno, que el presidente Enrique Peña Nieto presentó el pasado 3 de septiembre, durante 2018, alrededor de 12 millones de trabajadores perciben un ingreso inferior a un salario mínimo, y 15 millones más sobreviven con un ingreso de entre uno y dos salarios mínimos.
En otras palabras: seis de cada diez trabajadores ingresan actualmente menos de 166 pesos por día –es decir, poco menos de nueve dólares–, mientras que en 2008, el 44% de la población ocupada se encontraba en esta situación.
Hernández también señaló que, si bien se mejoró el acceso de los mexicanos más marginados a los servicios sociales como la educación o la salud, todavía falta mucho por hacer en cuanto a la calidad que brindan.
“Qué bueno que el niño vaya a la escuela, pero qué mal que no hayamos avanzado en la calidad de los servicios de educación, de salud, como sí hemos avanzado en cobertura”, deploró.
“Ojalá las coberturas sigan en su ritmo, ojalá la calidad mejore mucho más, ojalá el ingreso mejore mucho más, ya que no ha mejorado en 25 años”.
Cuestionado sobre la opinión que tiene sobre la estrategia que aplicará el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el titular del Coneval indicó que la institución a su cargo está proporcionando información al equipo de transición y que ya sostuvo varias reuniones con Luis María Albores, quien fue presentada como la cabeza de política social en la próxima administración.
“Un elemento importante que le hemos preguntado varias veces, tanto a ella (Albores) como a los candidatos cuando eran candidatos, es: ¿Cuál es la visión que tienen ustedes sobre la política social como modelo? Porque más allá de generar programas aislados, como el de Adultos Mayores, nos interesa saber cuál es el objetivo y la visión de política social o de protección social del nuevo gobierno”, planteó.
Respecto al cambio de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) actual a una futura Secretaría del Bienestar, opinó que “no sabemos bien si es un cambio fuerte, chiquito, grande, porque no sabemos bien qué vaya a hacer el nuevo gobierno, pero el nombre de la secretaría no me preocupa mucho (…) reducir la pobreza es un tema de varias secretarías, si le dejamos a la Sedesol bajar la pobreza, no vamos a lograr nada”.
Minutos antes, durante una exposición que realizó durante el Seminario de Pobreza, Monitoreo y Evaluación en las Entidades Federativas, el titular del Coneval exhortó a su audiencia –conformada por funcionarios estatales– a “aceptar las cifras y cosas como son” y no esconder la realidad que arrojan las evaluaciones, pues aquéllas obligan los gobiernos a rendir cuentas.
Con un tono didáctico, el funcionario insistió: “Si la pobreza aumentó hay que decirlo”. Y añadió: “Entendemos que el presidente, el gobernador o la gobernadora, o la secretaria, también tienen presiones políticas”.
Fuente proceso.com.mx