La paradisíaca Riviera Maya sufre este año una invasión extraordinaria de sargazo, unas macroalgas que tiñen de marrón las aguas turquesas y que el gobierno intentará detener desde esta semana con una barrera en el mar.
Entre el 19 de junio y este miércoles se recolectaron 125 mil 325 metros cúbicos de sargazo en 41 playas del estado de Quintana Roo, según un comunicado de la coordinación de Comunicación Social.
El sargazo, que desprende un olor fétido en las playas, “es un indicador de la creciente contaminación y aumenta hasta en 100 veces los daños causados directamente por la actividad humana en los mares y costas caribeñas”, advirtió días atrás la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
¿Qué se puede hacer?
Según el secretario de Ecología y Medio Ambiente de Quintana Roo, Alfredo Arellano, la mejor forma de atenuar la situación “es desviarlo (al sargazo) y contenerlo en el mar”. Para lograrlo, “esta semana se colocará la primera barrera en el litoral marino”, informó.
Al devolver la macroalga a las corrientes mediante las barreras, se evitará “la llegada excesiva de dicha vegetación que, cuando hace contacto con la arena de la playa y el paso del tiempo puede ocasionar cambios en el equilibrio de los ecosistemas expuestos”.