GINEBRA (apro).- El Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas adoptó, por primera vez, una resolución sobre la crisis y violaciones de derechos humanos en Venezuela en la que pide que se autorice la entrada de ayuda humanitaria y que la Alta Comisionada, Michelle Bachelet Jeria, realice una investigación “exhaustiva” sobre la situación en el país.
Esta resolución ha sido visto como una derrota política para el gobierno de Nicolás Maduro Moros en la arena multilateral.
La resolución fue aprobada con 23 votos a favor de países como Australia, Alemania, Bélgica, Brasil, Chile, Ecuador, Japón, México, Perú, Suiza, Ruanda, Reino Unido, entre otros; siete votos en contra de países con escaso récord de derechos humanos como Burundi, China, Cuba, Congo, Egipto, Pakistán y la propia Venezuela; y 17 abstenciones de estados como Angola, Costa de Marfil, Etiopía, Irak, Kenia, Nepal, Filipinas y Arabia Saudita.
Para las víctimas y activistas que estaban en la sala del Consejo esta resolución marca un hito en la historia del máximo órgano de derechos humanos de la ONU que ha sido manipulado por diplomáticos venezolanos para que no se refleje en este foro la crisis humanitaria a la que han estado sometidos millones de venezolanos, ni se denuncien graves violaciones cometidas por el gobierno de Caracas desde que iniciaron las manifestaciones contra el régimen de Maduro Moros en 2014.
El embajador de Perú, Claudio de la Puente Ribeyro, al presentar el texto en nombre de Argentina, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Paraguay y de más de 40 estados miembros copatrocinadores, dijo que el propósito de esta iniciativa era “dar voz a millones de venezolanos que padecen una crisis humanitaria” y remarcó que no los impulsa “ningún ánimo injerencista”.
La resolución valida los informes presentados por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUR) sobre las graves violaciones en el contexto de una crisis política, económica, social, y humanitaria en los que denuncia asesinatos, represión armada de las manifestaciones por parte de las fuerzas de seguridad, abusos, ejecuciones extrajudiciales, tortura, detenciones arbitrarias, falta de alimento y medicamentos “en una espiral descendente que parece no tener fin”.
La ONU exhortó al gobierno de Venezuela “a que acepte la asistencia humanitaria a fin de hacer frente a la escasez de alimentos, medicamentos, suministros médicos, al aumento de la malnutrición, especialmente entre los niños y al brote de enfermedades que habían quedado erradicadas o bajo control en América del Sur”.
Además, instó al gobierno de Maduro Moros a cooperar con la ACNUR, los mecanismos del Consejo de Derechos Humanos y solicitó a la Alta Comisionada que prepare un informe “exhaustivo” sobre la situación en el país, y mantenga informado al organismo sobre el desarrollo de los acontecimientos.
En tanto, el embajador de Venezuela, Jorge Valero Briceño, visiblemente enojado, rechazó el texto y acusó a los países que lo presentaron de ser “mandatados” por Estados Unidos como un preámbulo para realizar una intervención militar y atentar contra la soberanía y autodeterminación de la República Bolivariana.
“Nunca ha habido una iniciativa tan hostil contra mi país”, afirmó Valero Briceño, quien consideró la resolución como “un grosero mecanismo de intervención”.
Mientras que las organizaciones como Human Rights Watch calificaron como histórica la iniciativa de la ONU.
“La histórica resolución del Consejo de Derechos Humanos sobre Venezuela marca un punto de inflexión para el pueblo venezolano y pone el foco en la crisis humanitaria y de derechos humanos en el país”, dijo John Fisher, director en Ginebra de Human Rights Watch, a Apro.
“La adopción con amplio apoyo de esta resolución permitirá que el Consejo de Derechos Humanos preste atención a la trágica situación en Venezuela y presione al gobierno de Maduro para que aborde la crisis humanitaria y los abusos de los que es responsable”, remarcó Fisher.
Fuente proceso.com.mx