Cría y levante de la pollona, éxito o fracaso en la postura
El período de cría es una etapa de suma importancia y comprende desde un día de edad hasta 8 semanas. La productividad de un lote depende en gran parte del éxito del período de cría. Los resultados de la postura (cantidad de huevos, peso promedio del huevo e índice de conversión) dependen en gran parte del peso a las 16 semanas.
Las pollitas recriadas que tienen un aparato desarrollado y un buen apetito, cumplirán con las necesidades de crecimiento y las de producción en el momento de puesta (Guía de manejo Hy line Brown, 2005-2007).
Recibimiento: Es importante para el momento de recibir las pollitas preparar camas de 10 cm de espesor, utilizando para ello viruta, arena u otro material absorbente. No debe utilizarse material muy fino o liviano, porque al flotar éste en el aire, con el movimiento de las pollitas les producirá irritaciones en las fosas nasales (Castro, 2007). Por otra parte García (2008), recomienda recibir las pollitas a una densidad de 50 aves/m2, 60 aves/comedero y 90 – 100 aves/bebedero.
Crianza 1 – 4 semanas: Durante la crianza se destacan cuidados especiales de la pollita durante la etapa de calor (1-4 semanas) y comprende las siguientes actividades:
- Iniciar la crianza en un galpón limpio y desinfectado con un mes de vacío
- buena calidad de las pollitas comprándolas en una institución de prestigio,
- El calor a proporcionar durante las primeras 4 semanas debe ser graduado comenzando la primera con 33°C y luego cada semana debe bajar 3°C; esta temperatura debe ser a 5 cm del suelo, para esto se debe utilizar círculos de por lo menos 30 cm de alto y 2.5 metros de diámetro, los círculos deben retirarse entre los 7 y 10 días de edad, pasando a un área mayor, pero siempre limitada. Al finalizar la etapa de calor, proporcionar la tercera parte del espacio que necesitan hasta las 18 semanas, esto ayudará a un mejor desarrollo.
- En este momento también debe comenzar el deshije de las pollitas; o sea, el paso del uso del equipo de pollita al equipo formal; deben funcionar los dos equipos juntos y luego poco a poco eliminar el de inicio.
- Proporcionar alimento de iniciación-postura con 19% de proteína a libre consumo y estimular el consumo moviendo los comederos.
- Despicar las pollitas antes de los 7 días, provocará menos stress y será más duradero. Una buena combinación entre el uso de la fuente de calor y las cortinas proporciona las temperaturas indicadas y es la clave para un buen inicio.
- En este período, las pollitas deben recibir por lo menos 2 vacunas contra la enfermedad de New Castle, una de virus vivo al ojo y otra combinada (virus vivo y virus muerto) y una contra la viruela aviar.
- Si se reciben pollitas durante épocas calurosas, se usa vitaminas más electrolitos durante 3 o 4 días cada mes, un día después de las vacunas es recomendable usar un antibiótico oral durante dos días para minimizar el stress (Conso, 2001).
- Comenzar a pesar las aves a las 6 semanas de edad, una vez por semana, tomando una muestra al azar del 5%. Se compara el peso promedio con el ideal y se calcula la uniformidad del lote; si los resultados no son los esperados, se debe trabajar hacia la consecución de ese objetivo.
- A las 8 semanas si las pollas tienen el peso y la uniformidad recomendadas, se cambia a concentrado de desarrollo, de lo contrario, se debe continuar con el de iniciación postura hasta alcanzar los pesos. Siempre que se cambie de clase o marca de alimento debe hacerlo paulatinamente. (Biblioteca del campo, 1995).
Las primeras horas después de la llegada de las pollitas a la Granja son decisivas para conseguir un buen arranque de las mismas. Cuanto más precozmente y en mayor cantidad consuma alimento más rápido y mejor será la absorción del saco vitelino (Carrizo, 2005). La pollita de recría también ajusta su consumo de alimento al nivel energético de la dieta. Si este mecanismo fuese perfecto, la densidad energética de los alimentos no sería importante y los nutricionistas únicamente tendrían que equilibrar el resto de nutrientes respecto al nivel energético de la dieta. Sin embargo, es bien conocido que este mecanismo falla, sobre todo por las limitaciones físicas al consumo de volumen de alimento.
Recientemente se han hecho estudios sobre la respuesta de pollitas de recría al nivel energético de la dieta, bajo temperaturas ambientales moderadas y altas. Los resultados ilustran dos puntos.
1) Las pollitas criadas a temperaturas altas son más pequeñas que las criadas en condiciones ambientales moderadas, y este efecto es independiente de la concentración energética de la dieta.
2) Dietas de densidad energética baja (<2750 Kcal EM/kg) dan lugar a pollitas de menos peso a las 20 semanas de edad.
Todas las dietas de estos estudios tenían un 18% de proteína bruta, 0,36% de metionina y un 0,90% de lisina.
El crecimiento de la pollita de recría está más influenciado por la concentración energética de la dieta que por su contenido en aminoácidos. Forzar al ave a consumir grandes cantidades de proteína tiene sólo un efecto pequeño sobre el crecimiento y el desarrollo. Esto no quiere decir que la proteína y el balance de aminoácidos no sea importante para el ave; de hecho, la velocidad de crecimiento inicial (0-8 semanas) es probablemente más sensible al consumo de proteína que al consumo de energía. Sin embargo, entre las 14-20 semanas de edad el crecimiento se ve más afectado por el consumo de energía. Esto podría estar relacionado con cambios en la composición corporal entre una y otra edad. Se estima que la velocidad de crecimiento de las pollitas es óptima cuando consumen 21 Mcal de EM y 1200 gr de PB de 0 a 20 semanas de edad. A mayor consumo energético, logrado por el medio que fuere, se obtienen pollitas más grandes. Al aumentar el consumo proteico (> 1,2 Kg.), no se logra ningún resultado positivo en cuanto a pesos. Sin embargo, consumos bajos de proteína a las 20 semanas (< 1 Kg.), dan lugar a pollitas pequeñas y de tarsos cortos (Leeson, 1996).
En el periodo transcurrido desde la 1 hasta la 3 semana la pollita tiene unas altas necesidades de crecimiento, multiplicando su peso de nacimiento casi por 5. El consumo durante estas tres semanas es muy bajo (350 gr./pollita) de manera que el costo del alimento de iniciación en el costo total de producción es muy mínimo y sin embargo su importancia es muy alta. Desde la tercera semana hasta la décima la pollita va a tener un fuerte crecimiento y nuevamente su peso se va a quintuplicar. Finalizada la décima y hasta semana 16 la polla tiene bien desarrollado su aparato digestivo y es capaz de asimilar los nutrientes contenidos en las materias primas.
El crecimiento del animal se ralentiza y sus necesidades de nutrientes disminuyen. En esta fase, consume el 50% del alimento total de la recría, lo mas importante es economizar costos por lo que se recomienda estimular la capacidad de ingestión, mediante la utilización de dietas bajas en proteína y energía y con un nivel adecuado de fibra que permita el desarrollo del buche y de la molleja; esto va a ser importante en las primeras semanas de puesta, en las que las necesidades nutricionales son máximas y la capacidad de ingestión de la gallina está limitada (Carrizo, 2005).
No olvide que se debe hacer un seguimiento semana de pesos y uniformidad, esto va a variar según la línea genética por lo que se recomienda tener a la mano los parámetros recomendados por la casa comercial que va a trabajar.
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