El coordinador de los diputados del PT, Reginaldo Sandoval, señala que “un error” de conducción en la coalición Juntos Haremos Historia y la operación sesgada del secretario general de esa cámara, Mauricio Farah, perjudicaron a su partido. En cambio, dice, llevaron a que el PRI consiguiera una vicepresidencia de la Mesa Directiva con sólo siete diputados de mayoría, y el PVEM, última fuerza, consolidara una alianza de facto con Morena al traspasarle legisladores que ya le había ofrecido su aliado electoral, el Partido del Trabajo.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La impericia política de Mario Delgado y su tardío nombramiento como coordinador de la bancada mayoritaria en San Lázaro, sumada a la ignorancia del funcionamiento de la Cámara de Diputados, llevó a Morena a un desaseo legislativo que elevó al PRI a tercera fuerza sin serlo, a desplazar a su aliado el PT y a consolidar una alianza de facto con el PVEM para hacerse del segundo órgano de gobierno más importante: la Junta de Coordinación Política (Jucopo).
Todo esto durante los 10 primeros días de la LXIV Legislatura, cuyo fin último es acabar con los privilegios de la clase política e impulsar los principales programas de reingeniería del país propuestos por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
La impecable instalación de la Mesa Directiva por parte de Porfirio Muñoz Ledo el pasado 29 de agosto se fue opacando al salir a la luz que Delgado “no traía los hilos” ni los números reales de cuántos diputados tendría al final.
Esto, sumado al “juego” del secretario general de San Lázaro, Mauricio Farah, al calificar la formación de los grupos parlamentarios, afectó la instalación de la Mesa Directiva y la Jucopo, dice en entrevista Reginaldo Sandoval Flores, coordinador del PT.
Dice que siempre le preguntó a Delgado cuántos diputados necesitaba para contar con la mayoría absoluta y le aseguró que ahí estaban para lograrlo los del PT.
En la oposición, el PAN se siente “incómodo” por la mayoría “artificial” de Morena, dice su coordinador, Juan Carlos Romero Hicks. En tanto, Marcela Torres Peimbert advierte del riesgo de que un poder absoluto corrompa absolutamente. El panista Ernesto Ruffo sintetiza que a la presidencia de la Jucopo los morenistas “¡la tomaron!” como un botín.
En tono más suave, los priistas dicen estar en contra del regreso “a los tiempos donde el Legislativo no era un real contrapeso” y que, si bien los números no les dan para cerrar paso a excesos en el ejercicio del poder por parte de Morena, “sí la experiencia, capacidad y argumentos”.
Un legislador de la mayoría narra que “al interior de la bancada primigenia de los 191 diputados de Morena valoramos tres aspectos: darle el tercer lugar al PT, modificar la ley orgánica o buscar ser 251 diputados para ser mayoría absoluta y lograr los cambios que queremos. Pablo Gómez dijo: ‘Si la gente votó ser mayoría, vamos a ser mayoría’. Y por ahí nos fuimos”.
El resultado, para malestar del PAN, PRD y MC, es que Morena se quedó con 256 legisladores y todo el control administrativo, donde pueden prescindir de la labor de Mauricio Farah, el secretario general que operó administrativamente San Lázaro durante seis años, y, según el PT, para dar una vicepresidencia al PRI, lo cual mandó a ese aliado de Morena al quinto lugar de las fuerzas políticas.
Fuente proceso.com.mx