México responde con firmeza ante aumento de aranceles al acero y aluminio impuestos por EE.UU.; Sheinbaum y Ebrard califican la medida de injusta y sin sustento legal
Ciudad de México, 4 de junio de 2025 — El gobierno mexicano expresó su firme rechazo a la decisión del gobierno de Estados Unidos de aumentar del 25% al 50% los aranceles a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México y otros países. Esta medida fue anunciada la semana pasada por la administración estadounidense como parte de una estrategia para proteger su industria metalúrgica bajo el argumento de la seguridad nacional.
El presidente estadounidense, Donald Trump, a través del Departamento de Comercio y la Oficina del Representante Comercial de EE.UU., argumentó que las importaciones masivas de acero y aluminio ponían en riesgo la capacidad productiva y la defensa nacional de su país. Así, el 27 de mayo de 2025, se oficializó la decisión de duplicar los aranceles para fortalecer la producción local y evitar lo que calificaron como “prácticas comerciales desleales”.
Esta medida, sin embargo, generó críticas internacionales, sobre todo de México y Canadá, quienes señalaron que el argumento de la seguridad nacional no aplica en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), vigente desde 2020, que promueve el libre comercio y la integración industrial en la región.
En este contexto, la presidenta Claudia Sheinbaum calificó la imposición de los aranceles como “injusta, sin sustento legal y completamente insostenible”. En conferencia de prensa, destacó que México importa más acero y aluminio de Estados Unidos que lo que exporta, por lo que no existe un déficit comercial que justifique la medida.
“Este tipo de medidas van en contra de la integración económica y la cooperación que hemos construido en América del Norte durante años. Estamos seguros que el diálogo y la negociación serán el camino para resolver este conflicto”, afirmó Sheinbaum.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, explicó que México presentará formalmente en Washington una solicitud para ser excluido de esta imposición, siguiendo el precedente que aplicó Estados Unidos con el Reino Unido y otros aliados. “Creemos que esta medida afectará también a la economía estadounidense y es un mal camino para el comercio internacional”, dijo Ebrard.
Por su parte, la Cámara Nacional del Acero alertó sobre el impacto negativo que estos aranceles tendrán en la industria regional, pues México forma parte de una cadena productiva integrada con Estados Unidos. Expertos económicos estiman que las exportaciones mexicanas de acero y aluminio podrían caer hasta un 4% en los próximos meses si se mantienen estas barreras.
La administración mexicana anunció que, si no se logra un acuerdo satisfactorio en los próximos días, dará a conocer medidas para proteger a los productores nacionales y los empleos vinculados al sector metalúrgico, sin embargo, enfatizó que estas no serán retaliatorias sino proporcionales y orientadas a defender el mercado interno.
Este nuevo capítulo en la disputa comercial se suma a otros roces previos entre ambos países, aunque esta vez se espera que la negociación prevalezca para evitar una guerra comercial que afecte a las economías regionales y globales.
