
Tensión diplomática entre México y EE.UU. por protestas migratorias en Los Ángeles
Ciudad de México / Los Ángeles – 10 de junio de 2025.
Una nueva ola de tensiones diplomáticas se desató entre México y Estados Unidos luego de que miles de personas salieran a protestar en Los Ángeles y otras ciudades estadounidenses en repudio a una serie de redadas migratorias masivas ordenadas por el gobierno de Donald Trump. Las protestas, aunque en su mayoría pacíficas, generaron controversia internacional tras declaraciones del equipo del expresidente estadounidense y la posterior respuesta de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
Redadas y contexto migratorio
El detonante fue una operación coordinada por agencias federales de EE.UU. en zonas urbanas con alta población migrante. Según reportes oficiales, más de 4,500 personas indocumentadas fueron detenidas en tan solo tres días, principalmente en Los Ángeles, Houston y Nueva York.
La comunidad migrante —especialmente la mexicana— reaccionó con marchas y protestas organizadas por colectivos latinos, iglesias, activistas pro derechos humanos y familiares de detenidos. Las movilizaciones, que iniciaron el 6 de junio, se intensificaron el fin de semana del 8–9 de junio en California.
Declaraciones de Trump y su equipo
Kristi Noem, actual secretaria de Seguridad Nacional del gobierno de Trump y posible candidata vicepresidencial republicana, lanzó acusaciones directas contra Claudia Sheinbaum:
“La presidenta de México está interfiriendo en asuntos internos de EE.UU. al incitar manifestaciones violentas contra nuestras políticas migratorias”, declaró Noem en conferencia de prensa el 9 de junio.
“Las protestas han escalado por la narrativa irresponsable de algunos líderes extranjeros que deberían estar ocupados en sus propios países”, añadió.
Aunque Trump no se pronunció directamente, sus voceros señalaron que “no se tolerará ninguna intromisión extranjera en la aplicación de la ley estadounidense”, dejando entrever una postura hostil hacia el gobierno mexicano. Respuesta de Sheinbaum: defensa y firmeza
La presidenta Claudia Sheinbaum respondió con contundencia desde Palacio Nacional en la conferencia matutina del lunes 10 de junio:
“México rechaza categóricamente cualquier señalamiento que sugiera que estamos incitando violencia. Al contrario: hemos llamado al respeto, al diálogo y a la paz”.
“Lo que ocurre en EE.UU. con nuestros paisanos no es un asunto menor. Hay madres, padres, trabajadores que están siendo tratados como criminales. Eso no lo vamos a normalizar”, enfatizó.
Además, Sheinbaum mostró en cadena nacional un fragmento de sus declaraciones previas, donde efectivamente pedía a los manifestantes expresarse “con dignidad y sin violencia”, como forma de refutar las acusaciones de incitación.
Una reforma migratoria pendiente
Más allá del conflicto diplomático, Sheinbaum aprovechó el momento para reavivar el debate sobre una reforma migratoria integral en EE.UU., un tema históricamente postergado. Señaló que es urgente reconocer los derechos de millones de mexicanos que han vivido y trabajado en ese país durante años.
“No pedimos privilegios, pedimos humanidad y justicia. Quienes sostienen la economía desde abajo merecen respeto y regularización”, declaró.
También afirmó que llevará el tema a la cumbre del G‑7 en Canadá, donde México fue invitado como observador.
Reacciones internacionales
Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional condenaron las redadas por considerarlas “masivas, desproporcionadas y dirigidas con sesgo racial”. La ONU, a través de su relator para migración, instó a EE.UU. a “revisar sus mecanismos de detención y deportación”.
Por otro lado, el Departamento de Estado de EE.UU. emitió un comunicado más mesurado, asegurando que se mantiene la relación bilateral y que buscarán un “diálogo abierto” con México en los próximos días.
¿Qué sigue?
Expertos coinciden en que este episodio podría marcar el tono de la relación entre Sheinbaum y Trump, especialmente si este último gana nuevamente la presidencia en noviembre. Mientras tanto, la cancillería mexicana prepara una queja formal ante la OEA, solicitando una revisión de las condiciones en los centros de detención de ICE.
Cierre
La tensión entre ambos países revive viejas heridas en la agenda migratoria. Mientras EE.UU. endurece su política interna, México levanta la voz en defensa de sus ciudadanos en el extranjero. La diplomacia, una vez más, camina por la cuerda floja, y el futuro de millones depende de cómo se equilibren intereses y derechos humanos.