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Honran a Carlos Montemayor con un caudal de nuevas voces de América

La poesía es un arma cargada de futuro, dijo el etnólogo José del Val al dar la bienvenida a los 12 poetas que participaron en el octavo Festival de Poesía Las Lenguas de América Carlos Montemayor en una Sala Nezahualcóyotl abarrotada de jóvenes.

Durante casi tres horas el público escuchó en silencio, en una suerte de estado místico, la palabra y el canto de los ancestros, en voz de las nuevas generaciones que siguen hablando del corazón, la Madre Tierra, la muerte, el mar, la belleza, el miedo, la esperanza, la hermandad.

Los idiomas que conviven como familia en este continente: seri, maya, zapoteco, quechua, mapuche, náhuatl, cho’ol, portugués, francés, español e inglés, retumbaron el pasado jueves en ese recinto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en el cual estallaban aplausos de vez en vez.

Este encuentro marcó la culminación de las Jornadas Carlos Montemayor In Memoriam, organizadas también por el Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural de la UNAM, que durante un año celebró el 70 aniversario del natalicio de ‘‘ese promotor generoso” que enfocó sus esfuerzos para que en todo el mundo se reconociera la cultura de los pueblos indígenas de México y América Latina.

El recital fue conducido por Natalia Toledo

Gracias, Carlos, por tu visión, sabemos que aquí estás esta noche, dijo la poeta y militante feminista neoyorquina Margaret Randall, quien reconoció que ‘‘el inglés es una lengua de muerte para muchos pueblos, por eso espero que por medio de la poesía se vuelva una lengua de vida”.

El recital estuvo conducido por una espléndida Natalia Toledo, enfundada en un hermoso traje de tehuana, quien dio la bienvenida en su lengua materna, el zapoteco, y envió un saludo a las personas de Oaxaca que hace un año resultaron damnificadas por los sismos de septiembre de 2017, las cuales han vivido desde entonces más de 20 mil réplicas.

La joven poeta y cantante de rap Zara Monroy abrió la noche con el dulce y poderoso canto de su terruño, la nación Comcaac (seris de Sonora), y con sus versos que hablan del desierto, las flores, las personas de arena sabedoras de ‘‘que la vida es viento, el viento es la vida… mihiisax com haai cop a áh, haai cop mihiisax com a áh”.

En el cobijo de tus brazos quiero estar todo el tiempo

Luego fue el turno del brasileño José Inácio Vieira de Melo, quien recorrió de un lado a otro el escenario presidido por un retrato de Carlos Montemayor (Parral, Chihuahua, 13 de junio de 1947-Ciudad de México, 28 de febrero de 2010), cantando su poesía: ‘‘En el cobijo de tus brazos quiero estar todo el tiempo.. por los senderos del mundo, con el sentimiento abierto”.

Desde la tierra de los quetzales, la chiapaneca Juany Peñate Montejo pidió mantener oídos y corazones abiertos para escuchar sus poemas en lengua ty’añ (cho’ol): ‘‘Esencia del aire / transcurro paulatina, / átomo del pueblo xty’añ / Soy… Tyi yujts’il jiñi ik’ / k’uñtye’ mi ñumel majlel, / ich’äk’tyälel / tyejklum xty’añob. / Joñoñ.”

Una larga ovación recibió el poeta quechua Fredy Chicangana, quien llegó desde Colombia para desear a los presentes buen tiempo, pedir a los espíritus de los ancestros permiso para compartir su poesía y cerrar su intervención diciendo: ‘‘aquí estamos como racimos de maíz”.

Desde Quebec, Canadá, acudió la novelista, dramaturga y poeta Louise Dupré, a quien acompañó su colega Silvia Pratt en la traducción.

El poeta juchiteco Víctor Terán dijo que ‘‘no somos nadie sin el otro”, idea que compartió su colega chileno Elicura Chihuailaf Nahuelpán, quien escribe en mapuche y añadió que ‘‘ya es hora de retomar la memoria que hoy nos abraza”, porque la poesía no sólo es el canto de los antepasados, sino ‘‘es el hondo susurro de los asesinados”.

También muy aplaudida fue la intervención de la poeta maya Briceida Cuevas, originaria de Tepakán, Calkiní, Campeche:

‘‘No sabes que este perro es la muerte que anda tras de tus huesos… Má a uójel ua le pek’a kímil ku man tu pach a bákel.”

Poema dedicado a los 43 normalistas de Ayotzinapa

Natalio Hernández, presidente del comité organizador del primer Encuentro Mundial de Poesía de los Pueblos Indígenas: Voces de colores para la Madre Tierra, que se realizó en México en octubre de 2016, compartió su poema dedicado a los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala: ‘‘Lloran los Ahuehuetes –árboles viejos / de Ayotzinapa. / Y nuestros padres luchan / para romper el silencio / y las cadenas que nos atan, / que nos esclavizan, que nos excluyen.” La noche cerró con la participación de David Huerta, premio Universidad Nacional 2017 y su par maya k’iche Humberto Ak’abal, apenas interrumpidos por la emoción de una persona del público que gritó: ‘‘¡Carlos Montemayor por siempre!”, a lo que Natalio Hernández respondió con sus versos en lengua náhuatl:

‘‘Mañana, / mañana que yo muera,/ no quiero que estés tris-te. / Aquí,/ aquí yo volveré/ converti-do en colibrí… Mostla, / queman nehuatl nionmiquis /amo queman ximocuesco. / Nican,/ ocsepa ni-can nionhualas / cualtzin huitzitzilin/ nimocuepas.”

 

Fuente jornada.com.mx