Por Javier Herrera Borunda
México está considerado a nivel internacional como uno de los doce países con mayor biodiversidad, para ser más precisos en esta clasificación mundial ocupamos el tercer lugar. Estos países albergan el setenta por ciento de las especies vivas de la Tierra y representan tan sólo el 32 por ciento del territorio global. La biodiversidad de nuestro planeta se calcula por los especialistas entre cinco y cincuenta millones, aunque al día de hoy sólo se han logrado describir alrededor de 1.5 millones.
Además de la diversidad de especies, nuestra riqueza radica también en la complejidad genética y de ecosistemas terrestres y marinos presentes a lo largo y ancho del territorio nacional, lo que nos permite contar con una gran variedad de climas en los que habita un extraordinario abanico de especies. México alberga más de 65 mil especies, de las cuales 26 mil son plantas, 370 anfibios, 870 reptiles, 540 mamíferos, 1,100 aves y 2,700 peces. Por otro lado, nuestro país cuenta además con especies endémicas, es decir, que se desarrollan exclusivamente en nuestro territorio, de ellas 900 especies son de animales vertebrados.
La extinción de especies es una de las consecuencias más importantes de la pérdida de la biodiversidad. La destrucción de los ecosistemas en diversas partes del mundo ha permitido concluir a los científicos que una cuarta parte de la totalidad de la diversidad biológica del planeta está en serio peligro de extinción durante las próximas dos o tres décadas. Actualmente una de cada cincuenta especies, habrán desaparecido en el año 2030.
Los principales riesgos a los que se enfrenta actualmente la biodiversidad en el mundo son: la alteración de los agro-ecosistemas por los cambios en el aprovechamiento de los suelos; la sobreexplotación de especies que no alcanzan a concluir con sus ciclos reproductivos; la contaminación química derivada de las sustancias tóxicas que se vierten en cuerpos de agua, en la atmósfera y en los suelos; las consecuencias del cambio climático que se relacionan con cambios en los patrones regionales de sequías, incendios, huracanes y otros fenómenos naturales; la introducción de especies en hábitats que no le son naturales; y el incremento de asentamientos irregulares que demandan bienes y servicios.
Los integrantes de la LXIII Legislatura del Congreso de la Unión que formamos parte del Grupo Parlamentario del Partido Ecologista de México, acordes con nuestros principios doctrinarios, y conscientes de la responsabilidad que representa el mantenimiento de la biodiversidad para las actuales generaciones, pero también de la obligación que tenemos de preservarla para las que están por venir, así como con los compromisos que nuestro país ha suscrito a nivel internacional en el tema de preservación del medio ambiente (Acuerdo de París, Conferencia de las Partes en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP13), Protocolo de Cartagena y Protocolo de Nagoya), hemos trabajado en el diseño de una nueva Ley de Biodiversidad que abroga la Ley General de Vida Silvestre, reforma y adiciona los Principios Generales Rectores de la Política Nacional de Biodiversidad, y de las Leyes General del Equilibrio Ecológico, y de Protección al Ambiente.
Así, en la sesión plenaria celebrada en la Cámara de Senadores el 25 de octubre de 2016, la senadora Ninfa Salinas Sada, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Senado e integrante del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, presentó la Iniciativa con Proyecto de Decreto para expedir la Ley General de Biodiversidad, misma fecha en la que fue turnada para su análisis y dictamen a las Comisiones Unidas de Medio Ambiente y Recursos Naturales, de Estudios Legislativos, y Primera de la Cámara de Senadores, las cuales la aprobaron el 26 de septiembre de 2017. Fue presentada al Pleno de esta Cámara colegisladora el 15 de diciembre de ese mismo año y en la misma sesión la Presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores ordenó remitirla a la Cámara de Diputados para los efectos Constitucionales a que hubiera lugar.
En la sesión ordinaria de la Cámara de Diputados, celebrada el día 8 de febrero de 2018, la Mesa Directiva, dio cuenta de esta Minuta Proyecto de Decreto y la turnó para su análisis y dictamen a la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, así como a las Comisiones de Asuntos Indígenas y de Cambio Climático para emitir opinión.
La Minuta busca fortalecer los instrumentos regulatorios en favor de la protección y aprovechamiento sustentable de la flora y fauna silvestre, logrando mayor participación de sociedad en la conservación de la biodiversidad, contribuyendo a actualizar el lenguaje legal sobre biodiversidad y a la correcta interpretación integral de los instrumentos de política con la Ley, incorporando con mayor oportunidad los acuerdos del Protocolo de Nagoya y marcando sanciones claras a quienes la infrinjan.
Debemos tener conciencia de que la biodiversidad debe ser la base nuestro desarrollo, si no cuidamos los procesos funcionales implícitos en los ecosistemas eliminamos posibilidades de vida. Es obligación del Poder Legislativo mejorar los marcos normativos que rigen la convivencia y sobrevivencia de los mexicanos. Tengo la esperanza de que en breve, durante este periodo legislativo, el Pleno de la Cámara de Diputados podrá votar la Ley General de Biodiversidad.