
Educación, bienestar y soberanía social: Sheinbaum impulsa justicia más allá del PIB
Ciudad de México • 11 de agosto de 2025 — En su más reciente conferencia matutina, la presidenta Claudia Sheinbaum defendió una lectura del progreso nacional que trasciende el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), centrándose en la reducción de la desigualdad, el acceso educativo y la cohesión social.
Desigualdad a la baja
Sheinbaum celebró que, según datos de la ENIGH 2024, la brecha entre los deciles más ricos y más pobres del país se ha reducido significativamente —de una diferencia de ingresos de 35 veces durante el gobierno de Felipe Calderón, a sólo 14 veces en la actualidad—, lo cual calificó como un avance sólido hacia una sociedad más equitativa. Comentó que estos logros se deben a un conjunto de políticas sociales, como aumentos al salario mínimo, programas de bienestar y generación de empleo.
Educación como motor de reconciliación social
La presidenta también instó a entender que el PIB no es suficiente para medir el bienestar. En su lugar, puso énfasis en el acceso a una educación humanista e integral: “La Nueva Escuela Mexicana,” el plan educativo incluido en el Plan Nacional de Desarrollo 2025–2030, incorpora formación artística, cultural, deportiva y comunitaria, planteando un modelo que busca formar ciudadanos completos, no sólo estudiantes disciplinado.
Plan México: desarrollo con rostro humano
Además, el ambicioso Plan México apunta a transformar el modelo económico nacional de raíz. Busca mayor industrialización con contenido nacional, reactivación de las capacidades productivas del país, nueva infraestructura, innovación tecnológica y generación de empleo bien remunerado. Todo ello sin descuidar la justicia social y la equidad regional.
Proyección del bienestar: del dato al impacto real
Más allá de los grandes indicadores macroeconómicos, la administración actual mide el éxito por el bienestar real que alcance a la población más vulnerable. Entre esos indicadores están la reducción de la desigualdad, el aumento del ingreso de los hogares de menores recursos y la disminución de la pobreza.
Ideas interesantes para entender
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Educación y cultura como ejes de justicia social: Analizar cómo los programas educativos integrales fomentan cohesión social, salud mental y creatividad en las comunidades.
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La nueva definición de progreso: Explorar cómo una política pública basada en equidad y bienestar redefine las prioridades del gobierno (más allá del crecimiento económico).
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Soberanía productiva como bienestar compartido: Cómo el impulso a la industria nacional genera empleos dignos, fortalece las regiones y reduce desigualdades geográficas.
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Indicadores alternativos: Proponer indicadores como distribución del ingreso, calidad educativa, acceso cultural y conectividad digital en lugar de solo PIB per cápita.