Contacto Urbano

Gitanería para niños; ‘Carmen’ llegará al Lunario del Auditorio Nacional

CIUDAD DE MÉXICO.

La versión para niños de la ópera Carmen llegará al Lunario del Auditorio Nacional los domingos 24 y 31 de marzo y 7 de abril, a las 13:00 horas. El montaje, que pretende transmitir a la infancia una experiencia estética a través de la belleza musical, cuenta la historia de una gitana del siglo XIX que persigue el sueño de la libertad y, para lograrlo, mantiene la misma trama, pero abandona el recurso fácil de encasillar a la protagonista como mujer fatal.

Así lo dijo en entrevista con Excélsior la directora artística Sylvia Rittner. “La única variación que podrían encontrar en la puesta es que hemos creado una sicología específica a los protagónicos, pues casi siempre se presenta a Carmen como ‘coqueta’, pero en este caso no vamos a hacer un juicio de esa gitana que pertenece a una cultura y no podemos calificar con los estándares de nuestro tiempo”.

Sólo varía el concepto de Carmen como femme fatale, porque la música y los diálogos no fueron modificados, es decir, la trama es la misma y buscamos un final un poco más artístico, pero nada se modificó. No quisimos modificar la historia, como alguna vez se hizo en Europa, cuando en un giro radical Carmen ataba a Don José”, señaló.

El montaje, que también celebra el décimo aniversario del ciclo de ópera para niños en el Lunario, contará con la participación del tenor Ramón Yamil, de la Compañía de Ópera de Bellas Artes, y el barítono Mariano Fernández, finalista del concurso Voces del Bicentenario. Ambos compartirán escena y apoyarán a jóvenes voces, como la de la mezzosoprano veracruzana Gabriela Beltrán Ramos, graduada con honores del Conservatorio Real de Bruselas, quien encarnará a la gitana Carmen. Además del bajo Alfonso Marín como el teniente Zúñiga; Víctor Corona y Gabriel Cruz interpretan a los gitanos Dancaire y Remendado; y como Mercedes y Frasquita las sopranos Fernanda Allande —ganadora del Concurso Internacional Olivia Gorra—, y Lucía Elena Aguilera, coach del coro infantil del SIVAM.

Creada por el compositor francés Georges Bizet, Carmen es una de las óperas más apreciadas por el público en todo el mundo. Relata la historia de una bella gitana que proclama su libertad a riesgo de perder la vida en la España del siglo XIX.

NO ES ELITISTA

Para Rittner, este tipo de montajes ayudan a la formación de públicos. “Es como cuando las mamás llevamos a los niños a las liguillas de futbol, quizá no se convertirán en futbolistas, pero llenarán los estadios. Así que se trata de crear el efecto de que lo vieron cuando eran pequeños y les gustó y ahora cantan o están en escena o consumen arte”, dijo.

Y como artistas, añadió, estos espacios son la oportunidad de ejercer como cantante, pues en nuestro país hay pocas oportunidades para hacer ópera, así que éstos son una buena oportunidad para cantantes profesionales que comienzan a despuntar.

¿Cómo ha visto la evolución del público en una década?, se le cuestiona. “En la parte del público hemos aprendido a no ponernos nerviosos, porque hace una década no sabíamos si alguien asistiría, pero hemos aprendido que el público siempre responde bien cuando hay una propuesta interesante.

Además, hemos aprendido a resolver la parte técnica del Lunario, que no es un espacio acústico, por lo que cuando debemos utilizar micrófonos, sabemos que los cantantes tienen el reto de usar un volumen artificial adecuado. Esa parte técnica fue el mayor reto al principio, pero ya aprendimos a trabajar con este escenario, incluso en la parte de sus dimensiones y de la iluminación”.

Por último, Rittner aclara que funciones de ópera como ésta no sólo sirven para crear públicos, sino que son una ventana que facilita a los niños estar en contacto con el arte. Eso es lo que en realidad importa y no podemos circunscribir a que la cultura que vale la pena es la que tenemos sólo a nuestro alrededor o la que se considera como popular”.

El arte no tiene que ver ni con elementos elitistas o populares; en el arte no hay categorías ni clases sociales. Y si alguien me dijera que estoy haciendo algo para un público elitista, yo diría que es una idea absurda. La creatividad no tiene fronteras ni puede ser calificada como buena, mala o elitista”, concluyó.

 

Fuente: excelsior.com.mx