La renuncia de Germán Martínez al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) era inevitable. Dentro y fuera del gobierno de Andrés Manuel López Obrador era conocido el conflicto que tenía con el secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, a quien alude en su carta de renuncia.
“Las peleas entre ellos ya eran a gritos”, dice a Apro un cercano a Martínez Cázares. El motivo fue la retención de recursos por parte de Hacienda, en acatamiento de la decisión presidencial de reducir gastos y concentrar todas las compras del sector público.
En su carta de renuncia, presentada la mañana de miércoles al Consejo Técnico del IMSS, el órgano de gobierno del Instituto, aludió a Urzúa y a Raquel Buenrostro, su todo poderosa Oficial Mayor que concentra las compras del gobierno de la llamada Cuarta Transformación.
“Algunos funcionarios de la secretaría de Hacienda tienen una injerencia perniciosa en el IMSS”, aplicando criterios “neoliberales” de ahorro y más ahorro, dijo en su carta, cuando deberían más bien buscar mayores recursos para el Instituto y terminar con la corrupción que representa la simulación de la declaración de las cuotas subestimadas que se pagan al Instituto.
“Ahorrar y controlar en exceso el gasto en salud es inhumano”, dijo de “los funcionarios de Hacienda”, a los que acusó también de querer nombrar en todo el país a una suerte de “delegados administrativos estatales” y de esa manera anular a los delegados aprobados por el Consejo Técnico.
Si bien se refirió a “algunos funcionarios de Hacienda”, en el fondo se trata de un severo cuestionamiento al afán de recortar, centralizar y controlar los recursos públicos por parte del gobierno de López Obrador, quien terminó tomando partido por Urzúa.
La disputa con Hacienda, que se expresa en escasez de medicamentos para los derechohabientes del IMSS en todo el país, con el riesgo para la salud de miles de personas, representa la primera baja en el gabinete de López Obrador, a medio año de su gobierno.
Una pregunta obligada es si en ese afán el gobierno de la 4T ha considerado que pudiera provocar la muerte de personas, con la eventualidad de que sea demandado.
La decisión de controlar los recursos desde Hacienda también se aplicó para la impresión de los libros de texto gratuito del próximo ciclo escolar, luego de que el nuevo compadre del presidente, Miguel Rincón, se quedara con la subasta para vender el papel al gobierno. Se revocó la compra a causa de ese nuevo compadrazgo y el riesgo es que el próximo ciclo escolar inicie sin libros de texto.
La de Germán Martínez no es la única disputa conocida hasta ahora. Apenas hace dos semanas se insistió en la supuesta renuncia del jefe de Oficina de la Presidencia, el empresario Alfonso Romo Garza, por conflictos también con la secretaría de Hacienda. Romo y el propio presidente desmintieron la versión.
El gobierno de López Obrador tenía apenas unas cuantas semanas cuando se insistió en la renuncia de la secretaria de Gobernación, la ministra en retiro Olga Sánchez Cordero, por sus alegadas confrontaciones con el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo.
Como los cargos de elección popular son irrenunciables, Germán Martínez tendrá que regresar a su escaño en el Senado, que ahora ocupa su suplente, Pedro Haces Barba, uno de los dirigentes sindicales de la 4T con su Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM).
Fuente;Proceso.com.mx