La estructura general del genoma de los dinosaurios ha quedado al descubierto mediante la comparación de genomas de diferentes especies, principalmente aves y tortugas.
La investigación se llevó a cabo en el laboratorio del profesor Darren Griffin, de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Kent, y ahora se publica en la revista Nature Communications.
Implicó la extrapolación de la probable estructura del genoma de un ancestro común compartido de aves y tortugas que vivieron hace unos 260 millones de años, 20 millones de años antes de que aparecieran los dinosaurios.
Becky O’Connor, investigadora postdoctoral senior y coautora del artículo rastreó cómo los cromosomas cambiaron a lo largo del tiempo evolutivo desde un antecesor de reptil hasta nuestros días.
El equipo descubrió que, aunque los cromosomas individuales reorganizaban sus genes internamente, esto no ocurría en absoluto entre los cromosomas, lo que los científicos describen como “un descubrimiento significativo”.
Las aves (que a su vez son dinosaurios vivos) tienen muchos cromosomas en comparación con la mayoría de las otras especies y esa es posiblemente una de las razones por las que son tan diversos. Esta investigación sugiere que el patrón de cromosomas (cariotipo) observado en los primeros dinosaurios emergentes y después en los terópodos es similar al de la mayoría de las aves y, de nuevo, puede ayudar a explicar su gran diversidad.
El nuevo descubrimiento sugiere que, si los científicos hubieran tenido la oportunidad de hacer una preparación cromosómica a partir de un dinosaurio terópodo, podría haber sido muy similar a la de un avestruz, pato o pollo moderno.
Una de las piezas clave de la biotecnología que lo hizo posible fue el desarrollo de un conjunto de sondas fluorescentes derivadas de aves que funcionaban bien en los cromosomas de las tortugas.