Dos estudios independientes con datos combinados de casi 1,8 millones de personas muestran la compleja base genética del insomnio, en el que intervienen leves variantes en centenares de genes. Ambos trabajos señalan además que los problemas de sueño están relacionados con otros trastornos mentales, problemas cardíacos o diabetes.
En uno de los trabajos, que compara el genoma de 1.331.010 personas (casi un tercio declararon ser insomnes), los investigadores identificaron más de 500 genes con alguna variación que intervienen en el riesgo de padecer este problema. “Nuestro estudio muestra que el insomnio, como muchos otros trastornos neuropsiquiátricos, tiene que ver con centenares de genes, cada uno con un ligero efecto. Por sí solos, estos genes no tienen un especial interés. Lo que importa es su acción combinada sobre el riesgo de sufrir insomnio”, dice en una nota la profesora y genetista de la Universidad Libre de Ámsterdam y coautora del estudio, Danielle Posthuma.
Las alteraciones genéticas observadas en los insomnes no aparecen relacionadas con los mecanismos que regulan el sueño
Encontraron que parte de estos genes intervienen en la funcionalidad de los axones, las terminaciones de las neuronas que, como capilares, llevan el impulso nervioso a las células nerviosas contiguas. En concreto, observaron una sobreexpresión, un exceso o enriquecimiento del proceso que expresa la información codificada en el ADN en las proteínas. Este exceso de expresión también lo comprobaron en neuronas de regiones específicas del cerebro, como el córtex frontal.
Lo que no encontraron, o al menos no de forma significativa, era una relación entre estas variaciones genéticas en los insomnes y otros aspectos relacionados con el sueño, como ser madrugador, la tendencia a sestear, los ronquidos o los despertares repentinos. Por el contrario, vieron una correlación genética con otros trastornos mentales, como la depresión y la ansiedad, y otras afecciones, como la diabetes o enfermedades coronarias. “Es un resultado importante ya que siempre buscábamos las causas del insomnio en los circuitos cerebrales que regulan el sueño. Debemos cambiar y poner el foco en los circuitos que regulan la emoción, el estrés y la tensión”, comenta el profesor de neurofisiología del Instituto de Neurociencia de los Países Bajos y coautor del estudio, Eus Van Someren.
El otro trabajo, basado en datos de 450.000 británicos, confirma la complejidad genética que está detrás del insomnio. Identificaron al menos 236 genes relacionados con los síntomas del trastorno. Como en el otro estudio, aquí los autores comprobaron que la base genética del insomnio tiene poco que ver con la regulación general del sueño. De hecho, volvieron a encontrar una sobreexpresióngénica, en concreto en los genes que median la proteolisis, o degradación programada de las proteínas de determinadas células cerebrales.
Los problemas de sueño muestran una correlación genética con problemas físicos, cardíacos, diabetes o depresión
Usando una novedosa técnica de investigación denominada aleatorización mendeliana, los científicos buscaron una conexión entre las distintas variantes genéticas y dos o más problemas de salud. Así, como en el primer estudio, vieron que los insomnes tienen hasta el doble de riesgo de padecer una cardiopatía coronaria o síntomas propios de la depresión.
La autora sénior de esta investigación, la investigadora en genética del sueño del Hospital General de Massachusetts (EE UU), Richa Saxena, destacó: “Ahora queda un duro trabajo para averiguar cómo los cambios en los genes nos llevan al insomnio. Esto requiere estudios en células humanas, ratones, moscas de la fruta, pez cebra y otros organismos modelo. Además, son indispensables estudios detallados que definan con mayor precisión los vínculos causales entre el insomnio y los resultados clínicos”. Sin eso, cualquier tratamiento eficaz del insomnio sin el concurso de fármacos hipnóticos u opiáceos es un mero sueño.
Fuente Elpaiscom.mx