Se estima que en México cada año más de 600 mil jóvenes abandonan el bachillerato. Entre las principales causas está el factor económico, pero también el que los alumnos que trabajan no reciben el apoyo adecuado de sus docentes para evitar los riesgos de su deserción escolar. La Evaluación de la Implementación Curricular en Educación Media Superior revela que dos de cada 10 estudiantes de este nivel educativo trabajan y estudian, pero 45.8 por ciento de sus profesores no lo sabe o no le interesa y no aplica ninguna estrategia para apoyar sus estudios y garantizar su permanencia en las aulas.
El informe, elaborado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), señala que 37.1 por ciento de los profesores no aplica modificaciones a su planeación didáctica, pese a detectar riesgo de abandono y 40.9 por ciento de ellos tampoco modifica su enseñanza en el salón de clases para apoyar a los alumnos que trabajan.
Al analizar las acciones que impulsan los planteles de bachillerato contra el abandono escolar, destaca que las prácticas de aula no se modifican frente a uno de los factores que incide en la deserción escolar, como el que los estudiantes se integren al mundo laboral, lo cual afecta el tiempo que pueden dedicar a los estudios.
En el documento se agrega que la incorporación al campo laboral y una alta tasa de reprobación se asocia con el abandono de las escuelas, y aunque los planteles promueven acciones como dar seguimiento a las calificaciones, contactar a los padres de familia para incentivar el apoyo al alumno, gestionar becas y estímulos académicos, ofrecer asesoría y acompañamiento, e incluso buscar el apoyo de especialistas, en el aula no se realiza el mismo esfuerzo.
De acuerdo con los resultados dados a conocer por el INEE en la citada evaluación, 18.6 por ciento de los estudiantes de bachillera-to a escala nacional tienen un empleo que interfiere con el tiempo dedicado a sus estudios; se calcula que 54.4 por ciento de los alumnos informó a al menos un maestro sobre su situación laboral, pero al menos 17.8 por ciento de los profesores ignora si alguno de sus bachilleres trabaja.
Se reporta que cinco de cada 10 alumnos que trabajan aseguran que en ninguna materia reciben apoyo para que sus ausencias o retardos no implique una menor calificación; en actividades complementarias para mantener o mejorar su calificación, o tener facilidades para entregar trabajos o tareas. Además, 61.8 por ciento reporta que no recibe ninguna asesoría o clase extra, pese a su condición de alumno y trabajador, cifra que se eleva a 80.6 por ciento si se considera la falta de asesorías vía Internet.
Los profesores tampoco generan condiciones para que los estudiantes que laboran cuenten con mejores condiciones que faciliten su trayecto educativo y eviten reprobar sus materias. Se estima que 40 por ciento nunca o pocas veces le comunica a los padres que sus hijos están en riesgo de reprobar, y 41.3 por ciento no le dedica tiempo adicional fuera de clase o como asesoría.
Además, 24.1 por ciento no encamina al alumno con un tutor u orientador académico; 26.8 por cien tampoco les da oportunidad de mejorar sus trabajos y volver a entregarlos; 25 por ciento nunca o muy pocas veces solicita que los estudiantes con mejor desempeño apoyen a los que cargan con algún rezago, y 30 por ciento no les deja tareas o ejercicios adicionales para subir su calificación.
En el informe se refiere que los profesores también enfrentan desafíos en cuanto a su capacitación para atender la deserción escolar, pues 35.9 por ciento no se capacita en temas como asesoría y tutoría para estudiantes; 32.9 por ciento tampoco se pone al día en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC); 30.7 por ciento no se actualiza en la mejora de la convivencia escolar y el manejo de grupo y 25.7 por ciento tampoco se prepara para tener un mejor diseño de actividades didácticas.
El INEE advierte qué hay un “porcentaje importante de estudiantes en situación de riesgo de abandonar la escuela por tener un empleo, y no siempre son identificados por sus docentes ni se les brindan apoyos pedagógicos para prevenirlo”.
Fuente: Jornada.com.mx