El experimento chino duró 370 días, superando el récord anterior que le pertenecía a la Unión Soviética, cuando tres participantes pasaron 180 días en un entorno aislado en los años 70.
Un grupo de voluntarios chinos completó un experimento en una cabina aislada que simuló una prolongada estadía en la Luna, batiendo el récord de permanencia en tales condiciones, informó la agencia Xinhua.
El experimento, que arrancó en un laboratorio de Pekín el 10 de mayo de 2017, duró 370 días y fue dividido en tres fases: de 60, 200 y 110 días. Un total de ocho estudiantes participaron en el proyecto, divididos en dos grupos que se turnaron para vivir en el espacio aislado.
El récord anterior pertenecía a la Unión Soviética, cuando tres participantes pasaron 180 días en un entorno aislado en los años 70.
Este experimento tuvo lugar en el laboratorio Yuegong-1 (Palacio lunar-1) de la Universidad de Beihang, en una cabina de 160 metros cuadrados, que cuenta con un sistema de soporte vital biorregenerativo en el que humanos, animales, plantas y microorganismos coexistieron en un ambiente cerrado que imita una base lunar.
El oxígeno, el agua y los alimentos fueron reciclados en ese sistema para crear un entorno semejante al de la Tierra.
El Palacio lunar está compuesto por un módulo para que habiten los voluntarios, que mide 42 metros cuadrados, y dos módulos de cultivo de plantas.
El módulo habitable cuenta a su vez con cuatro módulos separados para dormir, una sala común, un baño y un sector para animales, así como para el reciclaje de desechos.
Cuatro voluntarios, dos mujeres y dos hombres, salieron del laboratorio el martes pasado entre aplausos de académicos, investigadores y estudiantes.
“El sistema es autosuficiente al 98 por ciento. Funcionó de manera estable y eficaz, apoyando la vida de sus habitantes”, aseguró Liu Hong, diseñadora principal del laboratorio, citó Xinhua.
Los voluntarios cultivaron trigo, fresas y otras plantas, lo que resultó ser una buena terapia contra los efectos negativos del aislamiento, según Liu.
Los participantes tuvieron acceso a Internet, jugaban ajedrez, practicaban yoga, estudiaban inglés y escuchaban la radio. Asimismo, cada semana eran sometidos a exámenes médicos.
Los científicos analizarán ahora los datos del estado físico y psicológico de los participantes para desarrollar un sistema más compacto de soporte vital biorregenerativo que se instale en laboratorios espaciales y sondas de exploración lunar y marciana.
fuente Notimex