Harold Bloom: lector, crítico, escritor, sabio de nuestro tiempo. Si sabio no ha perdido la acepción de aquel que posee la sabiduría: “el grado más alto del conocimiento”, entonces Bloom es nuestro sabio del siglo XXI
Claro que decir que el “único” puede parecer una exageración, si tomamos en cuenta que sabios existen en cada materia, habrá sabios en física, en química, en ingeniería biológica, etcétera; pero sabio como Bloom, que desentraña la conciencia humana, que desenvuelve lo más profundo de la imaginación del hombre, que alcanza a desenmarañar los deseos, placeres y dolores del ser humano, sabios así, sabios que logren bajar al alma del hombre, hay pocos.
De ninguna manera es que Bloom lea por nosotros, pues ese acto, el lector, es un acto único e individual. Lo que sí hace Bloom es acercarnos, darnos guías, marcarnos parámetros y hacernos sugerencias. Desde el polémico El canon occidental Bloom plantó sus opiniones de una manera que a muchos asustó y ofendió. Después lo vimos hacer pronósticos, rescatar y apostar por autores tanto de literatura como del pensamiento universal.
No se trata de Genios. Un mosaico de cien mentes creativas y ejemplares de un libro sobre la “lista de los cien mejores”, nos dice Bloom: “mi selección es completamente arbitraria e idiosincrásica”. No hay un solo genio, en este volumen, que esté vivo. Todos los genios corresponden al panteón de la literatura y el pensamiento. Bloom sólo menciona a tres autores vivos que le hubiera gustado incluir, pero que por estar aún vivos los dejó de lado, para no herir a una media docena de escritores que merecerían estar. Los tres mencionados son el portugués José Saramago, la canadiense Anne Carson y el inglés Geoffrey Hill.
No dudo que algún crítico haga su propia lista de los cien mejores autores vivos, tratando de repetir a Bloom.
Genios. Un mosaico de cien mentes creativas y ejemplares está organizado en diez grupos de diez, que a su vez está dividido en lo que Bloom llama “lustros”, subgrupos de cinco. La idea de este libro fue concebida bajo la imagen de las sefirot cabalísticas. Los diez grupos corresponden a los nombres más comunes de las sefirot: Keter “Corona”, Jojmá “Sabiduría”, Biná “Entendimiento”, Daat “Conocimiento”, Jesed “Bondad”, Guevurá “Poder”, Tiferet “Belleza”, Netzaj “Victoria”, Hod “Esplendor”, Iesod “Fundamento”, Maljut “Reino”; y están organizados de acuerdo a los temas o estilos de los autores.
No vale la pena aquí transcribir los cien nombres de los autores incluidos; quede esa sorpresa para el lector que consulte este libro. Lo que sí es prudente aclarar es que Bloom hace un recorrido profundo por las letras universales. Si bien deja de lado las literaturas orientales, también es cierto que de occidente no olvida a ningún imprescindible. Desde el Yahvista, Homero, Lucrecio, Virgilio, pasando por Dante, Chaucer, Goethe, Boswell, Nietzsche y Freud, hasta llegar a Beckett, Woolf, Eliot, Carpentier, Paz, la O’Connor, García Lorca, Borges y Calvino.
Bloom nos ofrece una guía, la suya; queda en manos del lector tomar Genios como tal, como una sugerencia, o como un arbitrario
Fuente: Diario de Xalapa
