CIUDAD DE MÉXICO.- A través de estudios moleculares y una terapia fotodinámica -técnica no invasiva que demostró ser un método eficaz para prevenir el Virus del Papiloma Humano (VPH)-, científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) trataron y erradicaron este virus en pruebas “piloto”, lo que abre una posibilidad para salvar la vida de miles de mexicanas.
Al respecto, la investigadora y científica Eva Ramón Gallegos, de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB), quien en veinte años se ha dedicado al estudio y efecto de la terapia fotodinámica en diversas neoplasias (melanoma, cáncer de mama y cervicouterino), explicó que en una fase clínica se trataron a 420 pacientes de los estados de Oaxaca y Veracruz, y a 29 de la Ciudad de México quienes estaban infectadas con el VPH, y que presentaban lesiones premalignas en el cérvix.
Tras diferentes pruebas, el tratamiento en las capitalinas se logró eliminar el VPH en un 100 % a las que no tenían lesiones, 64.3 % en las mujeres con VPH y lesiones, y el 57.2% en quienes presentaban lesiones sin VPH.
Este tratamiento que se da a conocer en el marco del Día Mundial contra el Cáncer 2019, “crea un mundo sin cáncer cérvico uterino”, y consiste en lo siguiente:
Primero, se aplicó un fármaco llamado ácido delta aminolevulínico en el cuello del útero –en dos ocasiones y con un intervalo de 48 horas–, mismo que tras cuatro horas se transformó en “protoporfirina IX”, una sustancia química fluorescente que se acumula en las células dañadas, lo cual permitió eliminar con un rayo láser especial las estructuras impregnadas.
Es de mencionar que antes de aplicar la terapia fotodinámica a las pacientes, se realizaron estudios de colposcopía, citología (papanicolau), captura de híbridos, Reacción en Cadena de Polimerasa (PCR) y una biopsia para diagnosticar lesiones premalignas y/o infección con VPH; y al término del tratamiento se repitieron los mismos estudios constatándose su efectividad.
Ramón Gallegos también explicó que la terapia fotodinámica es segura y libre de efectos secundarios:
“A diferencia de otros tratamientos únicamente elimina las células dañadas y no incide sobre las estructuras sanas. Por ello, tiene gran potencial para disminuir el índice de mortandad por cáncer cervicouterino”.
El esquema aplicado a las 29 capitalinas también tuvo efecto positivo en la eliminación de cepas bacterianas patógenas como Chlamydia trachomatis (de transmisión sexual) y/o Candida albicans, las cuales se eliminaron en 81 y 80%, respectivamente, además de que la flora bacteriana que contribuye a la salud del aparato genital se mantuvo prácticamente intacta.
Ramón Gallegos expuso que esta labor fue parte de una colaboración con diversos investigadores y especialistas de diversas instituciones y estados de la república, como:
Elizabeth Maldonado Alvarado y María Teresa López Cárdenas (quienes obtuvieron el doctorado con el proyecto), Alejandro Martínez Escobar (maestría), Araceli Espinosa Montesinos (especialista en Ginecología del Hospital Regional Ignacio Zaragoza del ISSSTE), Adriana Jiménez Hernández (estancia posdoctoral-Conacyt), Martha Olivia Osorio Peralta (citóloga del Instituto Estatal de Cancerología de Guerrero), Alejandra Moreno Vázquez (especialista en patología del Centro Médico Nacional Siglo XXI del IMSS) y Lydia Alejandra Martínez Guzmán (Jefa del Laboratorio de Captura de Híbridos de Secretaría de Salud de la Ciudad de México).
Así como por parte de los siguientes especialistas:
Marco Antonio Amoroso Hernández y Ángel Laguna Cancino (Oaxaca), Dora Estela Jovel Galdamez, Bárbara Carrión Solano, Guadalupe Balderas Martínez; Eduarda Parra Rossana, Inés Castellanos Oliveros, Rosa Linda Bello Leiva, Ma. Eugenia Melo Petrone, Gumaro Narciso Morales y Petrona Jiménez Martínez (Veracruz).
fuente proceso.com.mx