Según datos de Greenpeace, al año se tiran cerca de ocho millones de toneladas de plástico, lo que equivale al peso de 800 torres Eiffel y cuyo volumen sería suficiente para cubrir 34 veces la isla de Manhattan.
A diario en América Latina se generan al menos 430 mil toneladas de basura, lo que significa que en promedio cada latinoamericano produce entre uno y 14 kilogramos de los que únicamente se recicla 30 por ciento por falta de una separación correcta.
Según datos del Banco Mundial (BM), lo anterior no tendría porque ser un problema, ya que si dicha basura se separara adecuadamente podría reciclarse hasta un 92 por ciento; sin embargo, gran parte de la basura termina mezclada en los rellenos sanitarios.
Al conmemorarse el pasado jueves el Día Mundial del Reciclaje es importante hacer un análisis sobre nuestros hábitos al desechar la basura, ya que gran parte de ella termina en tiraderos informales, que a la larga se convierten en graves fuentes de contaminación.
Sin embargo, la basura podría convertirse en una importante fuente de ingresos, y muestra de ello son los cerca de cuatro millones de personas que viven del reciclaje.
Un ejemplo de ello es la Red Latinoamericana y del Caribe de Recicladores, la cual recolecta, selecciona y recupera los materiales reciclables y, a partir de su experiencia, busca agrupar a organizaciones de esta naturaleza en todos los países.
Resulta curioso que a pesar de contar ya con tres décadas de existir, es hasta ahora que dicha red comienza a tener un mayor eco, lo cual es posible corroborar a través de su portal de internet www.redrecicladores.net y en donde todo el que está interesado puede ingresar para recibir asesoría sobre cómo aprovechar el potencial de la basura.
Para el caso de México, destaca la particular historia de éxito que encabeza la empresa PetStar, la cual hoy es considerada la planta recicladora de PET más grande del mundo y un ejemplo de sostenibilidad.
En entrevista con Notimex, Jaime Cámara ha reconocido que ante los nuevos retos que enfrenta México debido a los efectos del cambio climático y las políticas económicas internacionales, es indispensable voltear hacia el mercado del reciclaje, el cual en nuestro país se presenta con una “grandísima oportunidad”.
Y para muestra, el ejemplo de la misma empresa PetStar, que al año recicla cerca de tres mil 100 millones de botellas de PET, lo que equivaldría a llenar 2.4 veces el Estado Azteca con este residuo.
Lo mismo ocurre con el reciclado del EPS, mejor conocido como unicel, el cual este año cuenta por primera vez con un Plan Nacional de Manejo de Residuos que busca mostrar el valor de este residuo y fortalecer una cadena que brinde beneficios económicos, sociales y ambientales.
En este caso, el vicepresidente de la sección de recicladores de ANIPAC, Gerardo Pedra, ha trabajado para ayudar a acabar con el mito de que “el unicel no se puede reciclar”, lo cual es falso, ya que se trata de un plástico y “todo plástico se puede reciclar”.
El reto aquí, comentó en entrevista con Notimex, es ayudar a la gente a conocer los procesos correctos para su reciclado, que en este caso consiste en ayudar a que el poliestireno se desinfle y vuelva a un estado compacto, luego de lo cual se le puede utilizar para hacer otros productos que van desde molduras hasta marcos.
Aún así, persiste un alto grado de inconsciencia, lo que se traduce en basura que incluso ha llegado hasta el mar, donde al año se tiran cerca de ocho millones de toneladas de plástico, lo que equivale al peso de 800 torres Eiffel y cuyo volumen sería suficiente para cubrir 34 veces la isla de Manhattan, según datos de Greenpeace.
A decir de este grupo activista, esto significa que cada segundo se tiran más de 200 kilos de basura a los océanos, de la cual el 70 por ciento se va al fondo marino, 15 por ciento permanece en la columna del agua y sólo el 15 por ciento flota a la superficie, por lo que las islas de plástico solo representan “la punta del iceberg”.
A ello se suma el hecho de que el ritmo de producción de plásticos aumentará al año 2020 hasta 900 por ciento con respecto a los niveles de 1980, lo que equivale a más de 500 millones de toneladas anuales.
Ante ello, es indiscutible que si se quiere lograr un futuro sostenible, como se plantea en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, el reciclaje deberá ser la industria clave que deberá consolidarse no como una opción, sino como una obligación.