Por Fernando Hernández Flores | TEPETOTOTL
En distintos momentos, hemos escrito sobre los agraristas veracruzanos. Uno que no debe quedar en el olvido, ni entre escombros, que no se confunda con la maleza de las hierbas dañinas, es sin lugar a dudas, don Agustín González Alvarado, líder natural, de carácter y de constantes preparación en el surco agrario, analista de la problemática nacional y estatal, que dirigiera a la Liga de Comunidades Agrarias del Estado de Veracruz y en 1968 fuera el primer presidente estatal de la Vieja Guardia Agrarista.
Al referirse a la Confederación Nacional Campesina, don Agustín, en el folleto “Consolidación o Desquiciamiento de la Reforma Agraria”, en 1968 escribió:
“Si la Revolución Mexicana para el poder quiso ser y es fuente generosa de estas convicciones, desde el poder no tiene por qué temer o desconfiar de una poderosa organización de los hombres del campo; como no ha tenido ni tiene por qué temer o desconfiar de la poderosa organización obrera, ni de la poderosa organización de los industriales y banqueros y comerciantes, que la propia Revolución ha creado”.
Un hombre como González Alvarado que fue diputado local y federal, director de agricultura del gobierno estatal, participando posteriormente en la Unión de Productores de Caña de Azúcar en el país. Conocedor de la lucha agraria, de su historia, formado en un idealismo social, lo cual le permitió transitar por distintos lugares y en escenarios de debate como buen campirano.
Don Agustín G. Alvarado, como le gustaba ser distinguido, fue un personaje valioso del totonacapan; ya que tanto la ciudad de Papantla como la Señorial Misantla le traían agradables recuerdos de su vida, infancia y juventud. Fue amigo del indio de la sierra, Carolino Anaya Ramírez, de Manlio Fabio Altamirano y Sixto Adalberto Tejeda Olivares. La casa del campesino veracruzano fue su mejor escuela, además de las enseñanzas que recibiera del maestro Horacio Xochihua, haciendo que le naciera el amor por la tierra y por sus trabajadores.
La causa agraria une a muchos. La causa agraria unió a los fundadores de la Liga de Comunidades Agrarias, de la Confederación Nacional Campesina, de la Vieja Guardia Agrarista y de innumerables organizaciones de campesinos. Los centinelas del campo siguen presentes y están aún vigentes, porque sus pensamientos y la búsqueda de la justicia social es una lucha constante en el agrarismo mexicano.
El 2 de junio de 1912, Agustín González Alvarado nació en Martínez de la Torre, además de sus cargos anteriormente citados en éste breve texto, tuvo la oportunidad de ser Presidente del Consejo Municipal en Altotonga, Veracruz, sin embargo falleció un 23 de enero de 1987.
A treinta y un años de distancia, en la Vieja Guardia Agrarista del estado de Veracruz de la CNC llevan la secuencia de los próceres y en esta ocasión a las once horas asistirán al Panteón Xalapeño de la Ciudad Capital, para hacerle su respectiva guardia en conmemoración de su aniversario luctuoso. Como expresara don Agustín: “México no necesita inquietarse buscando banderas, sino remozar las suyas, las muy suyas que ya tiene”.
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