Sin al menos una rueda de los trenes de aterrizaje, con un motor inutilizado y con 130 pasajeros a bordo. Así, según ha podido confirmar este diario, tendrá que aterrizar en el Aeropuerto Adolfo Suárez – Madrid Barajas este lunes el vuelo de Air Canada AC837, que partió en dirección a Toronto a las 14.33 pasadas, y cuyo piloto reportó a la media hora del despegue que debía volver a su destino por, según Aena, “problemas técnicos”.
Se trata de una incidencia de alto riesgo, porque la falta del neumático, dañado por contingencias durante el despegue aún desconocidas para Aena, afecta lógicamente a la estabilidad del aparato, un Boeing 767 -y en todo vuelo los trances más delicados siempre son el despegue y el aterrizaje.
Algunas piezas del interior del motor, según fuentes recabadas por este diario, se habrían “desintegrado” durante el despegue, quizás por entrar en fricción con el neumático perdido por el tren. Esto último es una especulación realizada por estas fuentes, que aseveran que “sólo el piloto podrá explicar tras el aterrizaje qué pasó”.
El avión se halla, mientras se escribe esta información, volando en círculos en torno al aeródromo, “quemando combustible”, admitieron fuentes del aeropuerto a este diario. Se trata de perder la mayor cantidad de peso posible para abordar el momento del aterrizaje con las mayores garantías.
Se desconoce por el momento el motivo por el que habría resultado dañado el neumático, cuya combustión habría afectado a uno de los motores hasta dejarlo inutilizado, según han asegurado a este diario fuentes de Barajas. Según fuentes aeroportuarias, el piloto podría tardar unas tres horas en vaciar los tanques de combustible.
Aunque el aterrizaje es de alto riesgo y presumiblemente se expanderá material retardante del fuego en la pista en la que aterrice, la aeronave puede aterrizar sin mayores problemas con un motor menos y con el resto de trenes de aterrizaje, han explicado a este diario las mismas fuentes. La clave se halla en el peso: 130 pasajeros, lo que supone que el avión es suficientemente ligero como para realizar la maniobra con garantías.
El avión en cuestión, matrícula C-GHOZ, tiene 30 años de vida, cuando la media de una aeronave de estas características es de 25 años, informa Marisa Recuero. Realizó su primer vuelo el 31 de marzo de 1989 con la compañía Canadian Airlines y en 1997 pasó a operar con la aerolínea Varig, con la que estuvo ocho años. En octubre de 2005, este Boeing empezó a ser operado por Air Canada.
Además, un avión F-18 de la Fuerza Aérea española está acompañando al avión de Air Canadá, informa Fernando Lázaro. El F-18 tratará de comprobar mejor la posible avería del aparato y ayudar en la medida de lo posible. Se trata de una misión de apoyo, después de que llegara una petición dentro de la coordinación de control de espacio aéreo civil militar y el Mando de Defensa y Operaciones Aéreas.